Quizá no haya otra época más propicia para saber sobre dinosaurios que la presente, colmada de películas, juguetes y libros a partir principalmente de la película Parque Jurásico (Steven Spielberg, 1993), basada en la extraordinaria novela de Michael Crichton, y la saga derivada que ha dado cinco entregas más, una serie de dibujos animados titulada Campamento Cretácico y un largometraje más en puerta con fecha de estreno para el próximo año.
Sin embargo, aún hay personas de todo nivel académico que creen que los seres humanos interactuaron con aquellos gigantes de dos eras geológicas tan lejanas como hace 66 millones de años, la última el Cretácico, cuando un meteorito se estrelló en lo que hoy es Yucatán, generó una extinción masiva, barrió con los dinosaurios y fauna gigante de la época y abrió paso a nuevas especies que sobrevivieron al cataclismo.
Claro, algún listo dirá que sí hay tal interacción, porque las aves actuales son los herederos de los dinosaurios, pero hay que recordar que los antecedentes del Homo sapiens se remontan a unos 4 millones de años con Lucy, ese ejemplar de Australopithecus afarensis hallado en África. Frente a semejante panorama, no es difícil entender por qué ni los organizadores de la exposición Jurassic World en Perisur ni los medios de comunicación, salvo MILENIO impreso, saben que el animalito robado días atrás no es un dinosaurio, sino un reptil volador, aun si el pterodáctilo vivió a finales del Jurásico.
De la especie inicial de que robaron un dinosaurio pesado en toneladas pasamos al robo de una pieza pequeña y Ocesa ideó un tipo de alerta Amber en la que llama a la comunidad a apoyar la búsqueda del pterodáctilo, reincidiendo en el error con la etiqueta #RegresenAlDinobebé.
Por expertos como John Pickrell sabemos hoy, con base en su libro Flying Dinosaurs: How Fearsome Reptiles Became Birds (Columbia University Press, 2014), que sí existieron dinosaurios voladores y que las vetas de China y Mongolia, en el desierto de Gobi, son ricas en nuevas especies, pero no eran pterodáctilos.