¡Sí se pudo! Ya tenemos cuarta sección del Bosque de Chapultepec. Ya tenemos Cineteca Nacional Chapultepec. Ya tenemos Línea 3 del Cablebús. Ya tenemos el bosque cultural más grande del mundo.
Ayer martes 24 de septiembre, en una ceremonia inolvidable, Andrés Manuel López Obrador, Claudia Sheinbaum, Martí Batres, Clara Brugada y la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, entre muchas otras personalidades, inauguraron todo esto y más.
No es como cuando se inaugura un puente o una escultura. Esto es tan grande y tan complejo que no hay manera de nombrarlo, de abarcarlo.
Son como 40 inauguraciones simultáneas. Cada una necesitaría su propia columna.
Yo lo único que quiero que sepa es que esto es un parteaguas en la historia cultural de nuestro país, el conjunto de obras más importante jamás construido en México, un evento que pasará a la posteridad.
Y ahí le va mi pronóstico: Chapultepec, Naturaleza y Cultura va a tener tanto éxito, tanto con los habitantes de la Ciudad de México como con el turismo nacional e internacional, que en muy poco tiempo va a quedar rebasado.
El reto para la administración de Claudia Sheibaum no va a ser llenar eso sino ampliarlo, prepararlo para más ecología, para más arte, para más gente. De mí se acuerda.
Antecedentes: el bosque de Chapultepec siempre ha sido un lugar de encuentro y no lo digo yo, lo dicen los mejores antropólogos que tenemos.
Los gobiernos neoliberales lo dejaron caer, querían que la cuarta sección se convirtiera en una zona residencial con rascacielos de lujo e iban a demoler la ermita del Tata Vasco y a matar un manantial, entre muchas otras irregularidades.
¿Me creería si le dijera que el pueblo de Santa Fe había quedado aislado?
La Cuarta Transformación recuperó todo lo perdido, incrementó el tamaño del bosque, salvó la ermita, protegió el manantial, cambió la vida del pueblo de Santa Fe y el resultado es una cantidad de museos, paseos, teatros y experiencias tan buena y tan grande que se necesitan muchos días para vivir, para recorrer, para gozar.
Esto comienza en el Complejo Cultural Los Pinos y acaba en la Ermita Vasco de Quiroga, pero pasa por el Panteón Civil de Dolores, por el Parque de Cultura Urbana, por el Centro de Capacitación Cinematográfica Chapultepec, por la Ex Fábrica de Pólvora y por la Bodega Nacional de Arte, entre muchas obras más distribuidas a lo largo de 800 hectáreas. ¡Es tres veces el tamaño del Central Park de Nueva York!
Quiero que se imagine la felicidad de AMLO ayer, en la sala al aire libre de Cineteca Nacional Chapultepec, al cortar el listón.
El eje de todo lo que él ha hecho siempre ha sido la cultura y su sexenio cierra con broche de oro entregándole al pueblo de México esta maravilla.
¿Cuál es mi recomendación? Vaya al Complejo Cultural Los Pinos y tome el Cablebús. Le juro que jamás ha tenido vistas más hermosas de la Ciudad de México.
Son seis estaciones que se recorren en tan sólo 21 minutos. Bájese en la penúltima y visite Cineteca Nacional Chapultepec.
Durante todo un mes, por un tema de familiarización, la entrada va a ser gratuita y tengo entendido que algo parecido va a pasar con el Cablebús.
Consulte la cartelera en internet y sea feliz. No creo que haya muchas ciudades en el mundo que puedan presumir de tener tres cinetecas tan accesibles, con salas tan buenas y con materiales de semejante calidad.
Y ya que haya hecho esto, regálese otros paseos. Camine por Serpientes y Escaleras, visite el Centro de Cultura Ambiental, coma en las cocinas de humo en Cencalli, la Casa del Maíz y la Cultura Alimentaria. Se convertirá en su lugar favorito. Se lo juro.
¡Sí se pudo! El sueño de Andrés Manuel López Obrador se convirtió en realidad. Este sexenio que comenzó en Los Pinos, termina en el complejo Cultural Los Pinos, termina en Chapultepec, Naturaleza y Cultura. ¿Así o más perfecto? ¡Felicidades!