Bruno Mars y el Estadio GNP

Ciudad de México /
Es una locura de sede para los más grandes artistas. ESPECIAL

Fui al concierto de Bruno Mars al nuevo Estadio GNP el pasado sábado 10 de agosto y sigo flotando de placer ante la perfección de espectáculo que gozamos todos los que abarrotamos ese lugar tan bueno, tan nuevo y que seguramente llenará de orgullo a todas y todos en este país.

Bruno es un genio del espectáculo. Sí, tiene canciones maravillosas. Millones de personas las conocemos, las cantamos, las bailamos, las dominamos.

Pero el tema no es ese sino la redondez de lo que nos ofreció y su talento para conectar con las audiencias.

Nos dijeron que el “show” iba a comenzar a las 21:30. ¡Y qué cree! El telón se abrió a las 21:30.

Porque sí, esta luminaria que lo mismo se presenta en Las Vegas que se encarga del medio tiempo del Super Bowl, usa telón.

Y a partir de ahí todo fue matemáticamente meticuloso. La colocación de las canciones no pudo haber sido más estratégica. Cuando se necesitaban fuegos artificiales, había fuegos artificiales.

Cada miembro de la banda tuvo su oportunidad de lucirse en solitario (lo cual es de una humildad admirable) y ni hablemos de los juegos de luces y pantallas porque entonces sí no acabamos.

¿A qué me refiero cuando hablo del talento de Bruno Mars para conectar con las audiencias?

Por un lado, a esa sabiduría que sólo tienen las estrellas de verdad para saludar como se debe saludar, para hablar en español cuando se debe hablar en español y hasta para tocar “El sonidito”.

Hubo un momento en que todos cantamos el “Cielito lindo” francamente desgarrador. ¡Quién se iba a imaginar algo así en un concierto de Bruno Mars!

Pero lo más hermoso fue la agilidad mental de sus productores para tomar con la cámara a las personas a las que teníamos que ver para reaccionar a las letras de las canciones o para poner la bandera de México.

Sí fue un conciertazo y más porque a quienes tuvimos el privilegio de estar ahí nos tocó ser parte, de una manera u otra, de la inauguración del Estadio GNP.

Como usted sabe, ese lugar era antes el Foro Sol y era buenísimo. Ahora es una locura de sede para la presentación de los más grandes entre los grandes.

Se ve increíble, se escucha lo máximo pero se vive mil veces más. Es como si el estadio también diera el concierto.

Yo que tuve el honor de ver el nacimiento y la evolución de ese espacio desde principios de los años 90 no puedo creer lo que está pasando ahí de tan grande, hermoso y competitivo a nivel mundial.

Caben 65 mil personas en un clima de calidad y seguridad que ya quisieran en muchos países.

Amé las nuevas butacas, pero adoré lo que está pasando con los baños, las pantallas y los servicios adicionales.

Utilizo la expresión “está pasando” porque obviamente es un espacio nuevo con un nivel de remodelación tan alto que todavía no acaba pero que pinta para dejar con la boca abierta a los críticos más exigentes.

A mí lo que me gustó fue el servicio (el nuevo Estadio GNP genera más de 19 mil empleos directos e indirectos), la comida y el tema ecológico.

A diferencia de otros lugares donde uno se siente amenazado por los vigilantes desde que entra, aquí todos son amables, empáticos y capaces de entender y ayudar hasta para los detalles más mínimos.

Lo de la comida amerita una columna aparte porque no es común que en un estadio uno pueda comer y beber cosas tan ricas.

Pero lo que sí es como para inscribir al Estadio GNP en un concurso internacional es lo de la ecología.

¿Me creería si le dijera que ese espacio es un captador de agua de lluvia de más de 13 mil metros cuadrados capaz de almacenar y reaprovechar todo lo que recibe?

¿Dónde quiere usted que me ponga de pie para aplaudirles? Ahí es donde uno entiende cuando las cosas son de verdad. ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Bravísimo!

Fui al concierto de Bruno Mars al nuevo Estadio GNP el pasado sábado 10 de agosto y sigo flotando de placer ante la perfección de espectáculo que gozamos todos los que abarrotamos ese lugar tan bueno, tan nuevo y que seguramente llenará de orgullo a todas y todos en este país. ¡Felicidades!


  • Álvaro Cueva
  • alvaromilenio5@gmail.com
  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
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