Crítica al último Grito de AMLO

Ciudad de México /

Hermosa. La ceremonia del Grito de Independencia de este año estuvo hermosa y hay mucho qué decir de ella en términos mediáticos.

Para en verdad poder apreciarla tenemos que viajar al pasado, al pasado reciente.

¿Cómo eran los gritos que usted, millones de mexicanas, de mexicanos y yo veíamos hace algunos años?

Eran como un accesorio de la televisión privada, un evento diseñado para que los grandes canales comerciales se lucieran y a las pruebas me remito:

Comenzaba la ceremonia oficial, la del gobierno, ¿y qué veíamos? A una pareja de conductores de los consorcios privados.

Los medios públicos, los oficiales, los que más tenían la obligación de estar ahí, los que usted y yo pagamos con nuestros impuestos, no figuraban.

Es más, en el colmo del abandono, no hacían nada más que enlazarse ese rato con el presidente para después continuar con lo más aburrido de su programación y evitar hacerle ruido al “rating” de los otros. ¿Le sigo?

No porque invariablemente vamos a caer en la otra parte de los Gritos, en el derroche, en los balcones de Palacio Nacional retacados de invitados de la élite, en la fiesta para unos cuantos dentro de aquel edificio condenado a convertirse en museo y más, mucho más.

Cuando comenzó la Cuarta Transformación, los medios públicos reaparecieron, retomaron su vocación y empezaron a hacerse cargo de las transmisiones de los Gritos.

Quiero que se imagine lo que fue para esas mujeres y para esos hombres, que jamás habían hecho eso, tomar las riendas de semejante producción y, lo más admirable de todo, limitados por la “austeridad republicana”.

Quién sabe cómo lo hicieron, pero canales y estaciones de radio que antes ni se podían ver, porque las ponían a competir, se unieron, juntaron recursos y obviamente, en las primeras transmisiones, cometieron toda clase de errores.

Pero el Grito de este 15 de septiembre de 2024 fue una obra de arte. Ahora sí podemos decir que no sólo alcanzaron a generar un contenido tan bueno y espectacular como el que hacían las televisoras privadas, lo superaron. ¡Felicidades!

¿Cuál es la nota? Que esto no fue en contra de los canales comerciales. Este año todos ganaron. Todos ganamos.

Si usted ponía la unión de frecuencias públicas como El Once, Canal Catorce, Capital 21 y Canal 22, desde muy temprano podía ver algo sensacional, perfectamente bien entonado, con conductores de primera.

Pero si usted ponía empresas como Milenio Televisión, Canal 5, ForoTV, El Heraldo TV e Imagen Televisión, por mencionar sólo unas cuantas, también.

Todas, absolutamente todas, tiraron la casa por la ventana con los mejores enlaces, los más maravillosos repartos, los más fantásticos musicales, excelentes periodistas y posiciones estratégicas en el Zócalo. ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Bravísimo!

Ojo con lo que voy a decir: como pocas veces en nuestra historia, sin faltarle al respeto a la transmisión oficial, la que todos hemos comentado en medios y en redes desde esa noche, pudimos elegir qué festejo ver entre más de dos opciones y eso no se paga con nada.

Quiero que entienda, al final del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, que toda esta transformación audiovisual valió la pena, que en términos mediáticos cerramos mejor que como comenzamos. ¡Gracias!

¡Hasta la temporada dos de “La casa de los famosos” brilló en una noche tan especial para todas y para todos en este país y más allá de nuestras fronteras!

¿Qué le puedo decir específicamente de la transmisión oficial del Grito, de ese momento en que AMLO y su esposa salieron al balcón, escuchamos lo que escuchamos y rematamos con los fuegos artificiales?

Que el año pasado la hice pedazos. Busque mi crítica en milenio.com Fue un trabajo pésimo, mediocre, lleno de errores imperdonables.

¿Por qué le comento esto? Primero, para que recuerde que yo no trabajo de “palero” de nadie. Y segundo, porque todos los defectos que señalé en 2023, se corrigieron en este 2024.

¡Qué fantástica dirección de cámaras! ¡Qué manera de lucir un Zócalo lleno, llenísimo! ¡Qué buen vestuario! ¡Qué genialidad hasta la de los drones! ¡Qué pulcritud visual en los balcones de Palacio Nacional!

Y aunque fue inevitable que viéramos a una señorita pasar por detrás del presidente y de doña Beatriz en algún momento del evento, nada qué ver entre esta “pecatta minuta” y la avalancha de errores de hace 12 meses.

Hermosa. La ceremonia del Grito de Independencia de este año estuvo hermosa.

Felicidades a todas las personas que estuvieron detrás de esto en fondo y forma, a Guadalupe Contreras y a Miguel Arzate por su magnífica conducción y a todos los medios, públicos y privados, por regalarnos una de las más ricas y diversas noches de televisión de los últimos años. ¡Así se hace! ¿A poco no?


  • Álvaro Cueva
  • alvaromilenio5@gmail.com
  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
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