Tan impresionante el discurso de Donald Trump como la cobertura mediática y digital que vivimos, solamente en México, alrededor de su investidura.
¿Quiénes cubrieron? ¿Quiénes se enlazaron? ¿Quiénes estuvieron ahí, en vivo?
Éstas fueron las opciones que tuve en mi zona, en Ciudad de México (el orden es alfabético):
24h, Aljazeera, Aristegui Noticias, BBC News, Canal 22, Canal Catorce, Canal Once, Capital 21, CNBC, CNN, CÑÑ, DW News, El Financiero Bloomberg, El Mundo, Euronews, ExcélsiorTV, FOX News, France 24, Globo y Grupo Fórmula (Digital).
Además de Heraldo Televisión, Imagen Televisión, La Saga, Latinus, Mexiquense Televisión, Milenio (Digital), Milenio Televisión, N+Foro, NHK, Nmas (Digital), Noticias Telemundo, RAI, SinEmbargo Al Aire, Telefórmula y TV5 Monde.
¿Qué opciones tuvo usted? ¿Dónde la vio? ¿Cómo la vio?
La nota no es quién lo hizo mejor ni quién, peor. La nota es que, salvo dos o tres frecuencias que quién sabe qué ganas tengan de competir en el complicadísimo mundo de la televisión, prácticamente todas las instituciones, todas las televisoras, cubrieron este evento.
Y no sólo eso, echaron toda la carne al asador. Los que no mandaron conductores para transmitir desde allá, entrevistaron a sus mejores editorialistas casi al momento.
Aquí es donde comienza el debate. Donald Trump tiene un estilo muy diferente al que estamos acostumbrados a ver cuando hablamos de presidentes.
¿Qué tan positivo o qué tan negativo fue cubrir así, tan en grande, tan en la pasión, esta nota?
Lo pregunto con mucho respeto porque, más allá de las palabras de Donald Trump, lo que quedaba, al final, en la mayoría de los canales y de las plataformas digitales que se aventuraron a hacer esto, era una sensación de miedo.
Si muchas audiencias terminaron preocupadas después de ver la investidura, no había manera de que, cuando llegaban a las palabras de los analistas, no entraran en pánico.
¿No era eso lo que quería el señor Trump? ¿No fue como si su mensaje se potenciara?
Obviamente hubiera sido una irresponsabilidad no cubrir o no desmenuzar lo que dijo, pero tal vez hubiera sido más sano, como lo hicieron María José Alonso y Lorenzo Meyer, una noche antes, en Canal 22, tomar una posición más serena, más sensata.
Me encantaría decir que me siento muy orgulloso del trabajo que hicieron los medios y las plataformas mexicanas, en general, de lo que pasó ayer lunes 20 de enero en Washington.
Pero a estas alturas de la historia del periodismo nacional e internacional, a estas alturas de la revolución tecnológica, no basta con gastar mucho, con usar muchos fierros ni con mover mucha gente. Hay que tener una narrativa.
¿Qué canales de televisión o de radio con cámaras, qué plataformas digitales, en verdad aportaron algo a nivel editorial?
No se trata de ver lo mismo en (casi) todas partes. No se trata de estar ahí para que los anunciantes y el público le pongan a una marca una “palomita”.
Se trata de que el público encuentre una opción, información útil, madurez.
Me da mucha pena pero, en algunos lugares, la sensación era francamente ridícula, como de película de terror. Casi, casi, “El anticristo”.
Y en otros, las palabras que utilizaban eran como de “sketch”. No sé usted, pero yo sentía que en cualquier momento iba a entrar el tema musical de “El imperio contraataca”.
Eso no es periodismo. Eso es “show”. El “show” no informa”. El “show” no le ayuda a las audiencias a tomar las mejores decisiones. ¡Cuidado! El “show”, en noticias, es el mejor amigo de la manipulación. ¿O usted qué opina?