"Jesucristo superestrella 2024" y más

Ciudad de México /

Tengo la impresión de que no hemos entendido lo que está pasando con “Jesucristo Superestrella” en la Ciudad de México.

Esta superproducción de Alejandro Gou, Erik Rubín y Guillermo Wiechers no es un estreno o un reestreno. Es el inicio de algo increíblemente relevante a nivel internacional: el principio de una tradición.

Ninguna otra puesta en escena de este tipo en el mundo, mucho menos de The Really Useful Group, puede presumir de algo así.

¿Qué significa lo que le estoy diciendo? Que a partir de este 2024, ante el éxito y ante la genialidad de estos productores, “Jesucristo Superestrella” de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice se va a estar presentando, en temporadas muy cortas y giras muy limitadas, todos los años.

“Jesucristo Superestrella” ya es como “El tenorio cómico”, como “Aventurera”, un clásico del teatro mexicano y lo más hermoso es que no es una obra mexicana. Es una obra que ya se volvió mexicana por el poder de la traducción de Julissa y por el talento, insisto, de estos productores.

Por eso no se trata de lo que normalmente se trata cuando uno va al teatro a ver un musical. Se trata de vivir una tradición, de reencontrarse con un espectáculo digno de Las Vegas, con las más grandes estrellas y de ver cómo éstas reinventan lo que, quienes vamos a verla, ya conocemos y ya sabemos que va a pasar.

Lo que le estoy diciendo habla muy bien de la Ciudad de México como capital teatral y del país entero como una potencia consumidora de teatro. Es una muy buena noticia.

Tuve el honor de que me invitaran, la semana pasada, a la función de líderes de esta puesta en escena y sigo maravillado ante el derroche, el elenco y los valores de producción.

No hay manera de estar ahí y de no fascinarse con el ballet, con las luces, con el agua, con los paraguas, con los efectos especiales.

Pero cuando llegan los actores, cuidado, ni a cuál irle de tan buenos. Benny Ibarra nos ofrece un Jesucristo que hace que a uno le duelan hasta los latigazos.

Erik sigue siendo enorme. Ximena Sariñana, que alterna con la inmensa María León, hizo suyas las canciones. Quiero el disco. Leonardo de Lozanne es un agasajo, pero Alex Lora, dándole vida a Herodes, se roba el show.

No le voy a dar detalles para no arruinarle la experiencia pero si usted no va a ver esto, sólo por él, no merece llamarse fan de El Tri. Histórico. Delicioso. ¡Lo amo! ¡Te amo, Alex Lora! Punto.

Yahir es una institución. Kalimba, el rey. En serio. Y como ellos, José Antonio López Tercero, Iván Ortega, Juampi y muchos otros elementos que entran y salen a cada rato.

La constelación de “Jesucristo Superestrella 2024” no se limita sólo a unos cuantos nombres. Todos los que están aquí, están aquí por algo. El director inglés Nick Evans sabe lo que hace y es el más feliz con lo que está pasando en México.

¡Qué alegría! ¡Qué felicidad! ¡Qué fenómeno!

Luche con todas sus fuerzas por ser parte de la nueva tradición mexicana: “Jesucristo Superestrella”. Le va a gustar. De veras que sí.

Y nos vemos, probablemente con más sorpresas en el reparto, en 2025, 2026 y en muchos años por venir. Así son las tradiciones teatrales. Así deben ser. ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Bravísimo!

“ESE AMOR”

Vamos a entendernos: en el mundo del teatro, como en todo, hay niveles. No es que un tipo de teatro sea superior o inferior a otro. Por favor no me vaya a malinterpretar. Hay muchas maneras de vivir esto.

Amo, de manera particular, el teatro que me vuela el alma, que me hace sentir, que me invita a pensar. Y si es teatro mexicano, más. “Los errantes o ese amor” es exactamente ese tipo de teatro.

Si usted, como yo, está metido en esto, seguramente sabe que esta experiencia escénica se presentó hace algunos años en La Gruta. Por diferentes razones, no la pude ver. Pero este éxito no acabó ahí.

Esta prodigiosa obra escrita y dirigida por Verónica Musalem se fue de gira a Francia y a España donde triunfó aparatosamente y sus protagonistas, en un admirable acto de generosidad, recién desempacados, decidieron ofrecer tres funciones, los sábados, como algo muy especial, en el Círculo Teatral.

Obviamente estamos hablando de un acontecimiento imperdible y, en cuanto me enteré, quién sabe cómo le hice pero cancelé todo y conseguí un boleto.

¡Dios de mi vida! “Los errantes o ese amor” me recordó porque amo esto, por qué me dedico a esto. Su energía entra al sistema nervioso, sacude el corazón y lo cambia todo. Y de eso se trata el teatro, de que cuando uno salga se vaya diferente.

Es una obra sobre el duelo, sobre el final del amor. Son errantes de errar. Errantes de vagar. Errantes de no cumplir con lo que se debe. De desviarse. Errantes.

Le suplico que la vea como algo más, como una obra cenzontle.

Le explico: Los cenzontles cantan de una manera tan especial que los llaman los pájaros de las 400 voces.

“Los errantes o ese amor” es la obra de las 400 voces porque sus actores, en muy poco tiempo, actúan de una manera, luego de otra, de otra, de otra y yo no sé cómo no se vuelven locos porque todas son “intensas plus”.

Nos hacen reír, nos hacen llorar, nos hacen pensar. Y hacen comedia, y hacen circo, y hacen melodrama y hacen… ¡Todo! O casi todo lo que un actor puede hacer. ¡Asombroso! Con razón el teatro estaba lleno de estudiantes de actuación.

Porque, espérese, todavía no le digo lo mejor: sus protagonistas son la actriz nominada al Emmy Internacional Aída Lopez y el actor nominado al Ariel Alberto Estrella, dos de los más grandes titanes del teatro nacional.

Verlos siempre es un privilegio, pero verlos juntos es un honor. Aída maneja su voz como una diosa y lo que hace Alberto con su cuerpo es épico.

Mire, yo sí le quiero suplicar que vaya a ver esto. Sólo quedan dos funciones pero confío en que, como en el caso de esa joya titulada “Pic-Nic” (que a partir de mañana regresa los martes ahí mismo, al Círculo Teatral) pronto tengamos buenas noticias y más gente de más lugares la pueda disfrutar. ¡Felicidades! De corazón.


  • Álvaro Cueva
  • alvaromilenio5@gmail.com
  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
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