En PrimeVideo están de fiesta porque “Mentiras, la serie” es mucho más que un éxito. Es un fenómeno social alucinante. Todo el mundo sabía que le iba a ir bien pero no a ese grado.
Deje usted las “vistas”. Las redes sociales no paran de moverse al ritmo de esta producción de Luis Gerardo Méndez, de sus protagonistas, de su música.
Obviamente hay polémica pero es increíble lo que está pasando aquí y que involucra a figurones como Daniela Romo, Amanda Miguel, Ernesto Laguardia, Guillermo Capetillo, Horacio García Rojas, César Costa y René Casados.
Las multitudes están volviendo a cantar temas legendarios, a recordar espacios perdidos como El Patio y ni hablemos de las reacciones al final porque entonces sí no vamos a acabar nunca.
Ahí están los “testigos”. ¡Hay gente que ha tenido quiebres emocionales después de conocer el desenlace de esta historia!
Me siento precisamente como en los años 80 cuando acababan las grandes telenovelas y las audiencias no paraban de comentar las últimas escenas.
Si esto hubiera sido televisión abierta privada nacional de 1987, las calles de las ciudades de todo México se hubieran paralizado como cuando terminó “Cuna de lobos”. Así. De ese tamaño.
¡Felicidades! ¡Felicidades a todas y a todos los involucrados en esta producción! ¡Y felicidades a PrimeVideo por hacerlo bien!
¿Por qué le digo esto? Porque no basta con tener el mejor contenido. Hay que saber lanzarlo. Hay que saber moverlo. Y esas mujeres, y esos hombres, lo hicieron con un admirable conocimiento de causa.
Hablo de las fechas, de la promoción, de la parte de prensa y relaciones públicas, de los eventos multitudinarios, de las dinámicas con los fans y hasta de la presencia en la plataforma.
¿Por qué le estoy escribiendo esto? ¿Por qué se lo estoy publicando en este instante?
Porque la fiesta en PrimeVideo no termina aquí. Yo diría que apenas comienza.
“Mentiras, la serie” apela a la nostalgia de los años 80. ¿Qué pasaría si yo le dijera que hoy miércoles 18 de junio se va a estrenar ahí mismo una serie impresionantemente buena que apela a la nostalgia de los años 90, principios de los 2000?
Se llama “Éramos mentirosos” (“We Were Liars”) y no hay manera de verla y de no revivir desde “Beverly Hills 90210” hasta “The O.C.” pasando por “Dawson’s Creek”, “Melrose Place” y todas aquellas inolvidables “primetime soap operas”.
O sea, telenovelas de alto presupuesto diseñadas para transmitirse en el horario nocturno a manera de series.
Le suplico de la manera más atenta que no lea las sinopsis, que no vea los avances y que no juegue a presumir que esto viene de un libro muy leído porque lo podría arruinar.
Usted métase a PrimeVideo, píquele a la fotito de “Éramos mentirosos” y échese el capítulo uno como cuando sólo teníamos televisión.
Le juro que se va a sentir como en “Gossip Girl” cruz con “Revenge” pero desde la gloriosa perspectiva de la actualidad.
Es nostalgia, pero es actualidad, pero es pasión, pero es venganza, pero es intriga, pero es justicia, pero es todo lo que tanto amamos quienes tuvimos el privilegio de vivir aquella época durada de la otra televisión.
No tiene caso que hablemos de reparto, de valores de producción ni de nada de nada.
Aquí lo único que importa es la experiencia, que usted sea feliz y que aprovechemos la buena racha de “Mentiras, la serie” para gozar más, mucho más. Nos lo merecemos. ¿A poco no?