Apúntelo, compártalo, active sus notificaciones: mañana sábado 7 de septiembre, a las 19:00, desde Guadalajara, se va a llevar a cabo la entrega número 66 del Ariel, el gran premio al cine mexicano.
Y usted va a poder ver la transmisión, completamente en vivo, por primera vez, a través de una combinación insólita de medios locales, nacionales e internacionales.
Estamos hablando de Jalisco TV, de Canal 22, de TNT y la plataforma MAX de Warner Bros. Discovery.
¿Cuál es la nota a nivel medios? Que el Ariel va a recibir el mismo trato que el Oscar, que los Emmys y que los mejores premios de la industria audiovisual a nivel mundial.
Usted lo va a poder ver en Monterrey, pero también en Miami, Buenos Aires y Bogotá. ¿Se da cuenta de lo que esto representa, a nivel proyección, para el cine nacional?
Pocas cosas pueden ser más apasionantes que la historia del Ariel. La Academia Mexicana de Artes y Ciencia Cinematográficas (AMACC) es una de las más antiguas del mundo.
Esa estatuilla, que sí es de verdad, que sí pesa y que sí cuesta, la han levantado lo mismo Pedro Infante y María Félix que Daniel Giménez Cacho y Arcelia Ramírez.
Y en esta ocasión pasarán cosas fundamentales porque no sólo se le dará el Ariel de oro a nuestra amadísima Angélica María, tenemos una cantidad y calidad de películas nominadas como para volverse loco de felicidad.
Vamos del cine más ligero al más profundo, de la necesarísima visión de una nueva generación de mujeres directoras a trabajos hechos entre padres e hijos, y de la maravillosa posibilidad de ver todo esto y más ya en los diferentes sistemas de creación y distribución de contenidos en línea que tenemos en el mercado.
No por nada hoy se están haciendo más películas mexicanas que nunca en la historia. Y no lo digo yo, lo dice Armando Casas, el presidente de la AMACC.
Este año se hicieron más películas en nuestro país que en el mejor año de la época de oro del cine nacional.
No se vale que usted diga que ama a México y que afirme que apoya las más importantes causas sociales y culturales, y que no mire el Ariel ni sus contenidos.
Ojo: usted está en su derecho de amar o de odiar cierto tipo de propuestas cinematográficas, pero le suplico, de la manera más atenta, que no generalice.
Hoy podemos decir, como nunca, que hay de todo para todos. Desde comedias románticas hasta cine de búsqueda, desde muy valientes ejercicios de crítica política hasta propuestas hilarantes que profundizan en el impacto social del mundo digital.
Me la he pasado viendo y estudiando todas las películas nominadas que he podido y lo menos que puedo decir es que este año no sólo tenemos una de las industrias cinematográficas más importantes y sólidas de los cinco continentes, tenemos el retrato exacto de este país que tiene tantas cosas qué decir.
Y yo no sé qué amé más, si el nivel poético de las cintas que están narradas desde el punto de vista de las niñas y los niños o los grandes momentos de diversión que viví frente a muchas de las actrices más talentosas y a muchos de los actores más talentosos de nuestra región.
Luche con todas sus fuerzas por vivir el Ariel 2024, por buscar los títulos nominados y por celebrar esto que es fabuloso y que pocos países pueden presumir con tanta emoción como nosotros.
Le recomiendo que encienda su dispositivo un poco antes de las 19:00 para que no se pierda la alfombra roja. Consulte la guía de programación de su plataforma favorita. Le va a gustar. De veras que sí.