Qué sabia fue Claudia Sheinbaum al llevar a la gente de los Estudios Churubusco a “La mañanera del pueblo” el viernes pasado.
¿Por qué? Porque Donald Trump autorizó al departamento de comercio y al representante comercial de Estados Unidos a imponer un arancel del 100 por ciento a todas las películas producidas en el extranjero.
Repito: Donald Trump autorizó al departamento de comercio y al representante comercial de Estados Unidos a imponer un arancel del 100 por ciento a todas las películas producidas en el extranjero.
Arancel. 100 por ciento. Películas. Extranjero. Nosotros somos el extranjero.
Hablar en “La mañanera” de todo lo que se está haciendo en los Estudios Churubusco manda un mensaje de certeza.
Le dice a la industria del cine mexicano: aquí estamos. Tienen lo mejor para trabajar.
Y le dice al cine de todo el mundo, más allá de Estados Unidos: vengan. Aquí van a filmar mejor.
Yo pensé que esto de los aranceles al cine iba a ser el escándalo de la semana, que no se iba a hablar de otra cosa en los noticiarios y en los programas de espectáculos, y que se iban a organizar tremendos debates en la televisión nacional.
Pero no. ¡Nada! Están viendo el tsunami y en lugar de reaccionar, agachan la cabeza. ¡No lo puedo creer!
Sus prioridades fueron el Papa, la guerra ideológica y unas notas como de cortina de humo, francamente preocupantes.
¡Ahora resulta que nuestros medios de comunicación y que nuestras redes sociales trabajan para la Iglesia Católica! ¡Ahora resulta que el Papa les va a dar el dinero que van a dejar de recibir por culpa de Donald Trump!
En el muy remoto caso de que usted no sepa nada de esto, lo pongo en antecedentes:
Hollywood es Hollywood, pero hacer cine y series en Estados Unidos es carísimo.
Por lo mismo, desde hace muchos, pero muchísimos años, los productores prefieren filmar en lugares como Canadá, Inglaterra, Australia y Nueva Zelanda.
Las tres razones fundamentales son éstas: en esos países hay incentivos fiscales muy atractivos, la actitud de la mano de obra es increíblemente buena y estamos hablando de locaciones que no existen en Estados Unidos.
Donald Trump no le está proponiendo a los cineastas más ni mejores incentivos fiscales, más ni mejores condiciones laborales ni más ni mejores espacios.
Está como multándolos. Los está castigando con aranceles por irse a filmar a donde es más barato, más amigable y más bonito.
¿Cuáles podrían ser las consecuencias si se llega a implementar esto?
Que todos podríamos salir perdiendo. Sí, nosotros también. En México.
El costo de las películas se podría multiplicar. Esto se podría reflejar en boletos cada vez más caros. Y en el caso de las plataformas, tendrían que subir las tarifas.
Hasta aquí sólo estamos hablando de cine estadounidense. ¿Pero qué pasa con las coproducciones? ¿Qué pasa con las otras industrias cinematográficas?
Todo esto ha sido tan vertiginoso que no tenemos datos oficiales pero, obviamente, van a entrar en este asunto de los aranceles.
Ni modo que usted vaya a pagar el doble por ir a ver una película de Marvel en San Antonio, Texas, y que vaya a pagar menos por ir a ver una película mexicana, coreana o española.
Estamos ante lo que podría ser un cataclismo cultural.
TelevisaUnivision, por ejemplo, es una empresa binacional. ¿Le van a cobrar aranceles por hacer en México las telenovelas que transmite en Estados Unidos?
Netflix anunció una inversión millonaria en nuestro país. ¿Se acuerda que su gente estuvo con la presidenta?
¿Qué va a pasar con esa inversión después de este anuncio? ¿La va a sostener? ¿A qué costo? ¿Durante cuánto tiempo?
Y es que si usted pensaba que estábamos en un vacío legal por aquello de los “spots” de Donald Trump en nuestra televisión abierta privada nacional y lo de la nueva ley de telecomunicaciones, era porque nadie se había sentado a retomar lo de la nueva ley de cine.
¿Qué tan mexicana es una película o una serie mexicana que se paga con dólares de Estados Unidos? ¿A quién le pertenece el patrimonio cultural de un contenido que se generó por y para una plataforma internacional como Netflix, Disney+ o MAX?
Está muy rudo. Esto podría afectar nuestro consumo de cultura y de entretenimiento. Esto podría afectar el trabajo de miles de familias. Esto podría afectar el futuro de nuestro cine, de nuestras series y hasta de nuestras telenovelas.
Me gustó que Claudia Sheinbaum llevara a la gente de los Estudios Churubusco a “La mañanera del pueblo” el viernes pasado. Me preocupa que no estemos profundizando en esto justo ahora que es cuando podríamos impedir una tragedia.
No se vale que nos movamos rapidísimo cuando nos amenazan con aranceles a nuestra cerveza, a nuestros carros y a nuestros aguacates, y no cuando se trata de cine.
No se vale que defendamos todo menos nuestra cultura, nuestro poder suave. ¿O usted qué opina?