Colgó los tenis

Ciudad de México /

No solo los tornillos, el país también tiene los cables flojos. Y cómo no tenerlos, si colgamos mugre y media de ellos. Diablitos, diablillos, ladrones que todo lo enredan. Se roban el dinero y, además, las aspiraciones y la esperanza. País que no se desenmaraña ni siquiera con una buena cepillada. Pero también cables flojos y pandeados por los tenis que andan colgados por todos lados. Dicen que al principio pendían zapatos de cuero bueno para anunciar que su dueño había estirado tanto la pata que ya ni el calzado le acomodaba. Hoy con los tenis basta. Porque se ganó el partido, para señalar que justo ahí se vende droga, por hacer la maldad, para lograr una proeza o, sencillamente, porque alguien se peló y salió con los pies por delante. Colgar los tenis. ¡Qué mala suerte la de Samuel García!, habiendo tantos tenis colgados y que los suyos sean fosfo-fosfo, fosforescentes para que todos se den cuenta que ahí quedaron sus aspiraciones colgadas.

Con lo cual, regresamos al principio. Ya no hay niño en la contienda. ¿Quién pierde y quién gana? Pierde el Presidente que, por el momento, no tiene quién divida el voto de la oposición y el voto de la clase media. La elección da un vuelco. Pierde Claudia, porque ya no tiene distractor ni parapeto y ahora tendrá que contender cara a cara. Pierde Don Dante (como le dice Samuel), porque aunque le eche la culpa a los otros, quien construyó el infierno fue él. Gana Luis Donaldo Colosio, quien se opuso a su compadre Samuel, logrando con ese gesto hacer suyo el nombre que antes tan solo era de su padre y convertirse con ello en una opción para más adelante. Gana Xóchitl, que ahora puede confrontar con mayor claridad las dos formas de gobernar: con mentiras, caprichos y rabietas o sin ellas, y pierde Mariana, porque ahora tiene más trabajo, ya no solo tiene un bebé, sino dos en casa.

La ley de Nuevo León siempre fue clara. Si el gobernador pedía licencia para ir a la contienda presidencial, sería el Congreso quién nombraría al interino. Samuel lo sabía. ¿Por qué pensó que podía librarla? Curioso que nos sorprendan las campañas en otras latitudes que se hacen a punta de motosierra, si aquí los que detentan el poder la usan constantemente para tratar de rebanar la ley. Ahora que no pudo, dice Samuel que va por el plan B. Ya veremos si lo logra, por lo pronto se quedó en aprendiz de sinvergüenza.

Como sea, esta es la oportunidad de Xóchitl. Si es verdad que Samuel iba subiendo en las encuestas, eso demuestra la urgencia de una oferta clara, confrontativa y que evidencie y devele una a una las mentiras. Exhibirlos, a Samuel y a quien sea. La generosidad del mexicano es infinita, perdona cualquier cosa tan solo con que le hablen bonito. No darles tregua. ¿A dónde nos hubiera llevado Samuel García? Un nuevo acantilado lleno de altanerías, embustes y sonrisas. 

Lo cierto es que sin los tenis naranja hoy Samuel García camina descalzo, es un paria político. Un intocable según el sistema de castas partidistas. Aquel que se dedica a los trabajos sucios. Un desplazado que hay que evitar y ni siquiera tocar su sombra cuando por las tardes se aparece en las aceras. Por el momento su futuro político pende de un hilo o, mejor dicho, de un simple amarre de un par de agujetas.


  • Ana María Olabuenaga
  • Maestra en Comunicación con Mención Honorífica por la Universidad Iberoamericana y cuenta con estudios en Letras e Historia Política de México por el ITAM. Autora del libro “Linchamientos Digitales”. Actualmente cursa el Doctorado en la Universidad Iberoamericana con un seguimiento a su investigación de Maestría. / Escribe todos los lunes su columna Bala de terciopelo
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