Trascendió la llegada de 199 médicos cubanos al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles que se sumarán a los dos mil 700 que ya prestan servicios en nuestro país.
Aún sin precisar en qué hospitales o estados serán asignados, los médicos de diferentes especialidades se dijeron listos para atender las necesidades sobre todo de adultos mayores y población vulnerable que requieran de alguna consulta o tratamiento.
Pero ¿Quién certifica que en realidad esos médicos cuentan con las credenciales para tratar alguna enfermedad? ¿Qué no es requisito fundamental revalidar o replantear las habilidades académicas al lugar al que recién un profesionista llega asignado?
¿Quién les está pagando a esos médicos extranjeros? ¿A qué comunidades estarán llegando a ofrecer qué servicios? Son algunas dudas que me saltan a simple vista.
Otra, creo que la más importante ¿Qué no hay mano de obra mexicana como para requerir de los servicios de foráneos?
En lo particular, me he topado -no solamente a médicos- sino que a abogados, licenciados en administración de empresas, psicólogos, ingenieros, conduciendo un taxi, en el consultorio de una farmacia o emprendiendo a través del comercio digital.
Qué para ellos no hay una oportunidad primero, qué hay de nuestras juventudes, no hay para ellos espacio en el campo laboral, por qué Cuba y no Venezuela o Canadá y la crítica no está fundamentada en la indiferencia o la indolencia diplomática, pero sí en el nacionalismo, primero debemos estar bien al interior para poder ofrecer apoyos de calidad, es algo así como la analogía de una cámara de presurización de un avión y si no me cree, preguntémosle a Donald Trump, que aunque con un discurso escandaloso y estridente, el fondo es lo que un mandatario debe generar entre sus gobernados:
La confianza de un bien común, por ello comenzó con los castigos a México por permitir el tráfico de estupefacientes en su mercado donde el consumo es el detonante, pero para los estadunidenses, él es popular porque los defiende ante todo, castigos tales como los aranceles del 25 por ciento.
Por supuesto que la Presidenta Sheinbaum ya reaccionó con un discurso igualmente impositivo, "a un arancel, vendrá otro en respuesta, hasta que pongamos en riesgo a empresas en común".
Esa es justamente la reacción de dos gobernantes defendiendo la soberanía de sus naciones, pero esa debe ser global y total, no a medias tintas.
Bien por la respuesta de Sheinbaum Pardo a Trump, pero extraño mensaje a los jóvenes mexicanos con la contratación de médicos cubanos de los que no sabemos absolutamente nada, menos de su experiencia y carreras profesionales.
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