Imagínese cómo estarán las cosas en Sinaloa, para que la Fiscal, Sonia Yadira de la Garza haya salido a pedirle a la gente de Durango que no se le ocurriera ir a Mazatlán.
De inmediato, el Gobernador Rubén Rocha Moya -que parece abstraído de la realidad- pidió no hacer campaña de desprestigio ¿Campaña de desprestigio?
Eso no es una campaña de desprestigio, ese es el escenario donde se está desarrollando una "función estelar de terror". Imagine, solo imagine que su hijo o su hija llegue a un bar icónico de un puerto turístico en pleno epicentro de reunión ciudadana, vaya al baño y de ahí simplemente ya no salga
¿Se lo tragó la tierra? Nadie, a partir de ese cinco de octubre supo nada de Carlos Emilio ¡No! Perdón don Rubén Rocha y demás funcionarios estatales, eso no es "mala leche", se trata simple y llanamente de una política pública fallida, de la nula estructura del estado para atender un tema tan delicado.
Y podríamos pensar, por qué Carlos Emilio fue a Mazatlán y por qué se arriesgó a ir a un bar en tiempos tan complicados en terrenos de seguridad, pero ¿Y por qué no? De lo contrario habría que advertir, que esa zona turística está comprometida por grupos delincuenciales y que el propio dueño del clásico antro Valentino´s en pleno malecón Camarón Sábalo y actual Secretario de Economía de Sinaloa, Ricardo Valverde sea congruente y cierre el lugar.
Hasta hoy, Carlos Emilio está desaparecido, pero como por arte de magia, así, sin más ni más, en medio de un mundo interconectado por las redes sociales, por dispositivos inteligentes, teléfonos y cámaras de seguridad.
Definitivamente la familia de Carlos Emilio es afortunada, gracias a su madre, Brenda Valenzuela porque el caso se hizo mediático, acaparó las redes sociales, pero pobres de los desaparecidos de a pie, esos que nadie extraña, esos que no tienen dinero, ni formación académica y que a sus familiares no les alcanza el dinero, ni la exposición en plataformas digitales para buscarlos.
Hoy Carlos Emilio engrosa las filas de los desaparecidos, esa lista que nos pesa a todos en la hombros, menos a los políticos totalitarios, que solamente buscan hacerse de adeptos populares para conseguir el poder.
A hoy el número de desaparecidos en México asciende a los 128 mil y el número sigue creciendo anualmente, con un aumento del 12 por ciento en 2025, de acuerdo con el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia.
angel.carrillo@multimedios.com