La película Anora del realizador estadounidense Sean Baker llega a los cines con importantes premios y nominaciones. Después de la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2024 siguieron varias distinciones y su estreno en México en el Festival Internacional de Cine de Morelia. Por cierto, el calificativo de realizador autor para Sean Baker es más que merecido ya que los créditos de Anora lo señalan aparte de director, como guionista y editor y su filmografía da fe de preocupación por dedicar su obra a personajes marginados de la sociedad competitiva de EUA y la búsqueda de una forma fílmica adecuada al ambiente que caracteriza la marginación. Con Starlet (2012), Tangerine L.A. (2015), The Florida Project (2017) y Red Rocket (2021) observó la vida de actrices de películas porno, sexoservidoras, una madre obligada a prostituirse y un ex divo de cine porno desempleado. Los trabajos sexuales y la cosificación del individuo es su tema central y sus personajes suelen defencer su dignidad en un ambiente y una sociedad que los utiliza y desprecia.
La película Anora retoma el ambiente y los personajes de la obra anterior a través de un relato más estructurado, personajes perfectamente construidos, una estética visual y sonora estilizada y un desenlace que crea un impacto emocional. Las partes estructurales de la historia remiten a relatos fílmicos de los géneros drama, comedia, comedia romántica y cine de gangster. Después de empezar con la observación del ambiente en un club de striptease con luces, mujeres que ofrecen compañía y lap dance y hombres que buscan y pagan por la diversión sexual, el filme se centra en la protagonista Anora (Ani), interpretada por Mikey Madison, una exitosa profesional del baile erótico que se ocupa de un grupo de jóvenes rusos ya que por su origen el idioma le es familiar. Entre Ani e Iván-Vanya, el apuesto hijo de un oligarca ruso, hay química e Iván contrata a Ani como acompañante en el decadente mundo de los hijos de rusos que se concentran en un barrio de L.A. De fiesta en fiesta la pareja termina en Las Vegas y se casa. La aventura tipo Pretty Women se acaba cuando los padres del joven se enteran de la boda y encargan a un grupo de rusos a forzar la disolución del matrimonio. El encargo del oligarca y su dominante esposa, convierte el romance juvenil en una trama de persecución y maltrato hacia Ani. cuyo sueño de una vida llena de pasión y lujos se desvanece aunque no logra quebrar su resistencia y fuerza de voluntad.
Escrito y leído como resumen de una trama de película, Anora suena a clisés y un kitsch bastante absurdo. Lo que, sin embargo, logran el guión, la puesta en escena y los maravillosos personajes, es convertir las acciones y giros en un impactante y divertido relato acerca de la resistencia femenina y la observación de emociones que se convierten en motor para la independencia y autorrealización en un sociedad que norma y trata al humano como mercancía. Nos queda claro que el cine de ficción de hoy no suele ofrecer al espectador relatos de denuncia social. Lo que sí hace, es narrar historias y casos de resistencia, sobre todo - pero no exclusivamente – de personajes femeninos que conquistan su espacio de libertad en un mundo de mercado masculino.