Carismático equino en riesgo

Estado de México /

Entre los recuerdos infantiles asociados a cuentos y relatos, hay personajes o figuras significativas que por sus aventuras, lecciones y logros fueron referencia para muchos juegos e incluso colección.

Es frecuente que sean animales como conejos, ratones, cachorros en general, felinos, simios, caballos, etc. y entre ellos a un versátil animalito, el burro, borrico, pollino, etc., que para referencia y recuerdo, se describe cálidamente en el inolvidable cuento, Platero y Yo. “Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Solo los espejos de azabache de sus ojos son duros, cual dos escarabajos de cristal negro”.

Esta resistente y noble especie, compañía de la humanidad desde tiempos remotos, ha facilitado los trabajos pesados, con registro de su existencia y actividades como animal de carga y cabalgadura que datan de 4,800 años a.C.

Su lugar de origen fue el norte de África siendo domesticados hace 6000 años para utilizarse para traslado de cargas pesadas y trabajo en el campo; su particular estructura ósea puede soportar hasta 50 kg de peso, que sumado a su docilidad y resistencia, así como lo bien que se aclimata al calor y la escasez de agua lo hizo una especie favorita

El burro llegó a la entonces Nueva España, después de la conquista, siendo bien aceptado por las comunidades indígenas ocupando, en consecuencia, un importante lugar en el cultivo de la tierra. De acuerdo con el informe del estado de los Recursos Genéticos Pecuarios, a mediados del siglo pasado se utilizaba todavía la tracción animal en 70%, de las superficies cultivadas; actualmente se utilizan solo en producción familiar y a pequeña escala

Al burro se dedica el día 8 de mayo por iniciativa de organizaciones que investigan el bienestar equino, preocupadas por el maltrato y explotación a este noble animal, y por la disminución de su población, por lo que se realizan estudios genéticos para la futura crianza. Estas asociaciones son lideradas por el científico Razil Ark quien realizó esta propuesta

El burro no es torpe ni necio ni sus grandes orejas (que tanto les refrescan) son para castigar a estudiantes distraídos, estos estigmas han formado parte de una percepción que no valora en su justa dimensión a un ser vivo que merece atención y cuidado como parte de la necesaria biodiversidad que tan poco comprendemos y tanto necesitamos. 


  • Arlette López
  • Facultad de Estudios Superiores Iztacala UNAM
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