La historia de la alimentación en México tiene una gran riqueza, con particularidades que refieren tanto interesantes interpretaciones como creencias que han influido en nuestros hábitos alimenticios al incorporar plantas, animales, frutas, etc., a las comidas, convirtiéndolos en parte sustancial de rituales, eventos y celebraciones como las que en fechas recientes disfrutamos.
Aunque actualmente la comida tradicional mexicana es rica en maíz y sus derivados que mucho disfrutamos, en otros momentos no se consideró adecuada como se manifestó en el año 1950, en la reunión de la Sociedad Mexicana de Higiene, donde se expresaba sorpresa de manera enfática porque “las razas de indígenas de México alimentadas casi exclusivamente de maíz hayan sobrevivido” (Calvo 1952); también a la comida de origen indígena como los tamales se les califico como “una repostería popular abominable”, promoviéndose la adopción de las cocinas francesas y españolas como se cita a Guerrero, 1996, en la magnífica publicación Alimentando a la nación: genero y nutrición en México (1940-1960) de Sandra Aguilar.
La mejora de los hábitos alimenticios de la población se asoció también en épocas pasadas a la mejora tanto de la salud como de la moralidad, considerando que el consumo de frutas y verduras de la dieta popular no eran tan nutritivas e incitaba las malas conductas.
Después de unos años la dieta de los mexicanos empezó a pasar del consumo de alimentos tradicionales y saludables al consumo de productos procesados no tan saludables y que en mucho son responsables de que la obesidad sea identificada en México como una epidemia; esta inició sus registros hace dos décadas, reportándose a nivel nacional que 74.2% de los adultos tiene sobrepeso u obesidad, como refiere Salud Publica en México (2022).
Lo mas lamentable es que nuestro país ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil.
Los desafíos son grandes, se requiere promover una alimentación además de saludable, sostenible y menos industrializada, sin embargo, el costo de las tradicionales frutas y verduras o productos de mayor valor nutrimental se ha incrementado. Una opción es consumir productos locales, de temporada, el consumo de agua en lugar del refresco, y valorar lo nutritivo que tiene la tradicional comida mexicana, el maíz, los nopales, las verduras, frutas, etc., todo sin tanto proceso y gran valor nutritivo