Después del festejo del Amor y la Amistad, el 20 de febrero invita a otra amorosa celebración, el Dia Mundial de Amar a las Mascotas, fecha fundada por organizaciones sin fines de lucro para crear conciencia sobre el abandono y maltrato animal, que estaremos de acuerdo, es la muestra más clara de la falta de amor y respeto a estos seres vivos.
Las mascotas favoritas y populares son los perros como refiere el 84% de una encuesta aplicada por Statista, en el ranking le siguen los gatos con el 37% y aves con un 14%. Los motivos que llevan a los perros a ser los favoritos están sustentados en el concepto de “propiedad psicológica”, es decir, que se desarrolla un sentimiento de pertenencia emocional según el Instituto Tecnológico de Nueva York, los gatos al ser más independientes no despiertan ese apego de manera tan intensa.
Ahora cabe analizar cómo se desarrolla ese apego con una mascota que no es tan común, ni acariciable y se le considera exótica, como como puede ser una serpiente, iguanas, tortugas, hurones, mapaches, loros y hasta tarántulas entre otros.
Este tipo de mascotas requieren cuidados especiales tanto en la infraestructura del lugar en donde viven como en el tipo de alimento que consumen conforme su especie, además como cualquier ser vivo en condición de mascota requiere atención y cuidado de un veterinario.
El gran problema con las mascotas exóticas es cuidar que no sean producto de una captura ilegal y que no respondan a una moda o emoción pasajera, ya que a veces se adquieren cuando son pequeños y tiernos, pero cuando esta emoción por la exótica mascota pasa, sobreviene el abandono.
Algo interesante sucedió con los cerdos vietnamitas que fueron moda gracias a un conocido actor, así fue que muchas personas los adquirieron, pero al pasar de los graciosos 6 kilos a pesar 50 kilos ya no era tan agradable tenerlos en casa y fueron entregados en el mejor de los casos a protectoras.
La necesidad humana del afecto por una mascota se pretende cubrir con la tecnología, mediante robots como el Furby, que es la edición moderna del Tamagotchi recomendado a partir de los 6 años, Albo, más robot que juguete, y Moflin, pequeño peludo que emite sonidos tiernos y cuenta con capacidades emocionales.
La tecnología ofrece muchas opciones incluso de compañía, pero nunca sustituirá la felicidad de un ser vivo en libertad que disfrute en armonía a su hábitat y a la naturaleza.