La silla vacía

Ciudad de México /

Desde que Martín tiene memoria, en la contra esquina de su casa siempre ha estado la Fonda de la abuela, un negocio familiar que administra doña Socorro, y que fuera inaugurado por su abuela. A lo largo del tiempo todo el vecindario ha degustado y disfrutado de su sazón, aunque se tuvieron tiempos difíciles que dejaron huella. Una de ellas la dejó Jacinto, quien diariamente acudía a comer a la fonda, pero que tras el cierre de la fábrica donde trabajaba, buscó suerte en otro país, al cual nunca llegó, y hasta el día de hoy se desconoce su paradero. De él solo queda la memoria de quienes lo atendían, el recuerdo de su comida preferida y la mesa que siempre ocupaba.

En los primeros años del nuevo siglo mucha gente buscó nuevos bríos y emigraron de su lugar de origen, un sinnúmero de estos sufrió las consecuencias de la violencia y, lamentablemente, desaparecieron. Es bien conocido que existen, en la actualidad, varias organizaciones, encabezadas por los familiares de estos desaparecidos, los cuales no han perdido la fe en saber su paradero. Sin embargo, el tema no se limita solo a las instancias gubernamentales, audiencias, fiscalías y medios de comunicación, ya que es en el interior del hogar donde la ausencia más se reciente.

Como una estrategia para sobrellevar dicha ausencia es que se inicia un proyecto fotográfico y gastronómico, el cual se materializó a través de un recetario. El Recetario para la Memoria pretende rendir homenaje a todas aquellas mujeres que están en búsqueda de sus familiares desaparecidos, del mismo modo es una forma de visibilizar la problemática que impacta en el hogar, donde la comida sirve como vínculo entre la persona y el recuerdo. Este proyecto esta comandado por Zahara Gómez Luicini, fotógrafa y directora del proyecto; Alejandra Díaz, coordinadora del proyecto; Daniela de la Rea, periodista; Clarisa Moura, diseñadora y encargada del aspecto visual, y Tai La Bella Damsky, productora cultural.

Dicho proyecto elaboró, de la mano de las mujeres buscadoras, un documento que conjuga el contexto histórico-social, ingredientes, procedimientos y, en cada receta, una foto de la persona desaparecida, lo que lo convierte en una ofrenda o petición para su localización, y, de manera inconsciente, un aliciente que ayude a sobrellevar las horas de espera, angustia, sufrimiento y resignación. Su venta se lleva a cabo por medio de la página web www.recetarioparalamemoria.com, donde se dan más detalles tanto del estudio de caso como de las organizaciones involucradas. Las ganancias generadas son destinadas para los diversos colectivos participantes.

A lo largo de la vida de este espacio, las temáticas en torno a la mesa, la comida, su historia y difusión, han sido el eje central. Sin embargo, temas como la ausencia del sujeto, el ingrediente o la propia cocina, raramente son abordadas, sin reparar en que, sin la presencia del sujeto, la cocina no tiene sentido.


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