Los deseos del hambre

Estado de México /

En los últimos días las calles parecen estar más desoladas que de costumbre. La tienda de abarrotes y la verdulería presenta menor concurrencia de lo habitual. Algunos vecinos platican que varios de sus conocidos han regresado a su lugar de origen o se han mudado a zonas más seguras o con otros parientes. El objetivo es no ser capturados y deportados, y no por vergüenza, sino porque aquí tienen todo su patrimonio, ni tiempo les daría de venderlo todo y comenzar de cero en su país.

El fenómeno migrante se ha convertido, desde hace varios años, en un tema delicado, donde la opinión pública muestra una división que va de lo moderada hasta lo radical. Entre argumentos antiinmigrantes que fincan su repudio en el impacto económico y la inseguridad, y aquellos pro inmigrantes que aluden el humanismo y la conciencia de clase, las y los que encuentran como única solución a sus problemas el dejar sus hogares en búsqueda de una nueva vida atraviesan territorios contrastantes. Donde la mano amiga les ofrece apoyo, mientras que, por otro lado, el gesto despótico y el comentario racista es razón suficiente para darse la vuelta y continuar con su recorrido.

Sin embargo, ¿qué sucede con aquellos que han hecho una vida más allá de su tierra y ahora tienen que regresar? En el artículo Pan, fiesta y Dios. Reflexiones teológicas en torno a la comensalidad y festividad del migrante latino en California, publicado por la Universidad Iberoamericana en 2009, los clérigos Alex Castillo y J. Alejandro Ortiz C., meditan en torno a los motivos de la migración, donde plantean como eje primordial de esta acción al hambre. Ya que, en su propuesta, el hambre obliga al ser humano a realizar acciones que en otro momento serían consideradas como riesgosas. Pero, una vez que se tiene un momento de tranquilidad o seguridad, el hambre es revertida por la fiesta, la celebración y la convivencia, donde la comida y la bebida no deben faltar, como si se tratase de una forma de vencer el hambre.

En su experiencia personal, la comunidad latina en Estados Unidos está hermanada por la fe, independientemente de la iglesia o congregación a la que se pertenezca, es a través de los barrios latinos donde se da la fusión de tradiciones culinarias más impactantes, casi todas en fiestas o conmemoraciones de corte religioso, como bautizos, quinceaños, bodas, etcétera. Y donde las marketas mexicanas, son el punto de distribución de todos aquellos productos difíciles de conseguir en los grandes supermercados. Cabe mencionar que dichas marketas mexicanas son una alusión a los market, o mercados en inglés. Sin importar el motivo, el inmigrante vive uno de sus peores momentos, seguramente aquellos que los persiguen, o los maldicen, no saben lo que significa el hambre real, pero sí sean víctimas del hambre material. 


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