Un juez respalda a la ultraderecha católica —Temóris Grecko lo reporteó a la perfección en este diario—, para suspender a través del amparo la exposición de Fabián Cháirez La venida del Señor en la Academia de San Carlos. La UNAM ha sido, lo menos, irresponsable al acatar la resolución del Poder Judicial que atenta contra la libertad de expresión en un país constitucionalmente separado entre la Iglesia y el Estado. ¿Entienden por qué hay que cambiar a los jueces?
No es la primera vez que Cháirez padece amagos de censura a su obra plástica. En la exposición colectiva del Palacio de Bellas Artes sobre Emiliano Zapata pasó lo mismo: los familiares del líder revolucionario amenazaron al hoy ex presidente Andrés Manuel López Obrador con argumentos de que el artista atentaba contra la integridad sexual de Zapata. Pero AMLO mantuvo la pintura de Fabián Cháirez en el máximo recinto cultural. Se respetó la libertad de expresión artística.
Escribí en 2020 sobre la muestra Emiliano. Zapata después de Zapata: “Tres veces he visitado la exposición, con público haciendo cola para ver el por qué del zafarrancho en torno a una obra en óleo. La gente se toma la foto al lado del cuadro, ríe, observa, descubre que el prejuicio y la ignorancia motivó a los denostadores. El resto lo pasan casi sin ver. El morbo hizo de esta exhibición un éxito de espectadores. Hay que dar las gracias a los provocadores. Pero…”
Le hicieron el favor a Fabián Cháirez porque sus obras subieron de precio y empezó a exhibir internacionalmente. Hoy no será distinto. La UNAM y los católicos hicieron un mal cálculo al censurar la exposición en San Carlos. Error que podría enmendar la UNAM con la ley de libertad de expresión en mano porque hoy todos la quieren ver. Y probablemente no guste a todos. Quizá uno verá que el escándalo no vale la pena para tan menor estilismo, superficial en el trazo, provocador en las ideas del ser católico. No veo más que erotismo exacerbado con pinceladas técnicas apenas logradas. En lo personal prefiero a Francis Bacon con sus retratos de cristos crucificados o el papa Inocencio, de los años 50. La neta, la comunidad LGBT+ poco sabemos de arte.
¡Que viva la libertad de expresión!