Hace 30 años, en 1994, Consuelo Sáizar editó Cuaderno de amor y desamor, de Nancy Cárdenas. Su aparición causó alegría entre el activismo LGBT+, que pugnaba por sus derechos civiles. Poemas sarcásticos de un desbordamiento erótico pleno de humor y orgasmos. “Es que las nalgas, Muñequita, / son el espejo del alma”. Hoy, el Colegio de México reedita el poemario con otros poemas inéditos bajo el título de Antiguas lesbianas de este valle y un “Estudio introductorio y edición crítica”, de Elena Madrigal. Es un acontecimiento porque se trata de la mujer considerada madre del movimiento homosexual y lésbico de México, que falleció un 23 de marzo, justo, de 1994.
No hay casualidades. Un libro con 470 páginas que llega ahora que, en el día de su nacimiento, el 29 de mayo de 1934, Nancy cumpliría 91 años. Es relevante su trabajo: directora teatral y dramaturga, feminista y activista, de la izquierda comunista, poeta incomprendida, ahí donde la cultura nacional no se interesa por lo que no sea el punto de vista heterosexual. Poemas como murales de una forma de vida: “Contigo, / la compañía resulta un viaje deslumbrante / alrededor de ti, de mí, de los otros: / pájaras hambrientas / íntimas, / de vuelo acordado y terso”.
Dice Elena Madrigal que “para el desamor, opera la misma combinatoria de mujeres pensantes”, y da un ejemplo: “No sé qué tienen / las diferencias ideológicas / que enfrían los besos, aligeran los abrazos /y finalmente accedan el aire que respiran las amantes.”
Nancy fue una adelantada a su tiempo en su causa por reivindicar el derecho al amor diverso, sea luchando a brazo partido en las marchas desde 1968, fundando agrupaciones; sea en el teatro con el tema gay y lésbico por delante o con su poesía fresca, transparente, casi descarnada, tal como lo hacía Salvador Novo: “Sé que era gringo de origen hispánico / y venía de California. / ¿Cómo pudiste, digo, / ya no romperme el corazón, / sino exponerte al sida, ingrata”. O “Basta verle el trasero / para saber que no frecuenta ninguna disciplina”. Conforme pase el tiempo su geografía lésbica se reavivará, sobre todo en lectoras asiduas a prácticas amatorias entre mujeres.
Y una desgracia: la edición está mal compaginada. Es una lástima.