La vida en México nos va enseñando que en septiembre, cada quien es su propia fiesta… y el Presidente de la República, no es la excepción. Unos la arman con tequila y pozole. Tope donde tope. Otros, con una mayoría calificada; si se puede, hasta con dos. Tope donde tope.
El mar esta ‘picado’. Los trabajadores -y ministros- de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se han sumado al paro laboral del Poder Judicial. Los alumnos de derecho de diversas facultades se están constituyendo en un creciente movimiento estudiantil de resistencia a la reforma judicial, como está siendo presentada. Bloquean el acceso a San Lázaro de los diputados para impedir la votación. Arman sede alterna en un centro deportivo con techo de lámina en la Magdalena Mixhuca, donde la euforia y el delirio resuenan todavía más. Por la lámina.
Los universitarios también bloquean el Viaducto. Reaparece el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar. Pausadamente, dice que lo que dijo lo sigue diciendo. “Si no se hace bien la reforma puede traer muchísimo daño a la relación”. Todo, mientras la Presidenta electa se toma unos días de descanso. Mientras la aplanadora calienta motores. Y avanza. Y aplasta. Mientras el Presidente de la República aparece en el Salón Tesorería y dice “¡Buenos días! ¡Ánimo!”.
Detrás de él entran y se sientan a su costado izquierdo Rosa Icela Rodríguez, el Genera Luis Cresencio Sandoval, el Almirante Rafael Ojeda, el General Luis Rodríguez Bucio y el General Dávid Córdova. Informe quincenal de seguridad. De ahí, a las preguntas que se quedaron pendientes del día anterior. Le pueden cuestionar lo que sea. Está muy contento. Reyna Martínez, se excede en tiempo. Antes, lo incomoda con varias preguntas… ¿funcionarios en proceso por corrupción?, ¿amiguismo en licitaciones?
Le pregunta si era broma lo dicho en el informe del Zócalo de que sistema de salud es ‘mejor que el de Dinamarca’. Respuesta presidencial: “Para que hubiera ‘miga’ y tuvieran algo que decir… les di esa y les di lo de la votación. ¡Ah, cómo cuestionan eso! ‘¡uy!: ‘A mano alzada’”. ¿Ah, fue ‘plan con maña’?, le suelta la reportera independiente. “¡Claro!”, revira.
Le reclama que a la convención de medios independientes ‘los haya traído a aplaudir’… “Oiga, eso no es digno de un medio”. El Presidente responde, desafiante, pidiendo otro aplauso para la Presidenta y otro para el pueblo de México y otro para “los verdaderos periodistas independientes” y otro “para los conservadores que protestan de manera pacífica” y “un aplauso para ti”. Los youtuberos obedecen a cada solicitud y aplauden. Ya en chacota todos. También un reportero-reportero, muy famoso, de la vieja vieja guardia, que estaba en la primera fila. Triste momento.
Cierra la reportera Martha Olivia López de Tamaulipas. “Quiero decir que yo sí vine al evento de comunicadores independientes y no aplaudí, y en mi reporte dije que habían sobrado aplausos”. Luego habla sobre su temor respecto del exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca: “Yo vengo aquí porque tengo miedo, tengo miedo porque el señor es prófugo de la justicia, tiene doble nacionalidad”. Alguien más le avisa que la Corte ya se unió al paro: “Están en su derecho; tienen que defender sus privilegios”.
Cuenta anécdotas de Adolfo Ruiz Cortines. “Le decían ‘el viejito’, pero no estaba tan grande. ¿Saben que yo soy el presidente de más edad que ha habido en México? Y siempre se pensó que era don Adolfo, y no, yo entré a la Presidencia creo que como tres o cuatro años más grande que él”. Afuera, en cada esquina, con banderas y vestiditos y bigototes, ya vibra otro septiembre. El bueno.
@diazbarriga1