Desde hace unos meses comienzan a proliferar en los medios estadunidenses las notas que señalan un nuevo cambio en el consumo de drogas en Estados Unidos.
Van un par de párrafos de The New York Times de notas de las últimas semanas: “Las sobredosis de fentanilo finalmente han comenzado a disminuir durante el último año, pero esa buena noticia ha oscurecido un cambio preocupante en el uso de drogas ilícitas: un aumento nacional de metanfetamina, un estimulante poderoso y altamente adictivo”.
“Esta no es la droga de club de los 90 o incluso los cristales teñidos de azul y blanco cocinados en Breaking Bad. A medida que los cárteles siguen revisando las fórmulas de laboratorio para hacer que sus productos sean más adictivos y potentes, a menudo utilizando productos químicos peligrosos, muchos expertos en adicciones piensan que la metanfetamina de hoy es más peligrosa que las versiones anteriores”.
Llevamos décadas viendo este ciclo de cambio de preferencias en las drogas. De la cocaína, al crack, a la heroína, la metanfetamina, al oxycontin, al fentanilo y ahora está de regreso la metanfetamina.
Cada uno de estos ciclos causa un escándalo, las autoridades se centran en él, los productores y distribuidores cambian de estrategia para complacer la demanda. Los productos que sustituyen a otros suelen ser más potentes, más adictivos, más peligrosos. Y a juzgar por las notas en muchos medios estadunidenses esa transición del fentanilo a la nueva meta ya ha comenzado.
¿Quién está proveyendo? Las organizaciones criminales mexicanas, según todos los reportes, y si uno hace cuentas en los reportes de acciones de la secretaría de seguridad federal, las incautaciones de esa droga son más frecuentes y grandes que las de fentanilo desde hace un rato.
Lo que nos lleva a lo político y la relación bilateral.
Hoy en Estados Unidos y en México se celebran las acciones en la frontera pero qué va a suceder cuando la crisis de sobredosis que comienza a aparecer con la nueva metanfetamina se haga un asunto público de escándalo, como lo han sido todos los otros ciclos y otras drogas.
¿A quién va a culpar Trump?
Creo que todos sabemos la respuesta.
Tal vez soy un pesimista crónico, pero creo que la campaña en contra de las drogas no será suficiente. Donde hay demanda, hay oferta.