Veinticuatro horas después de haber dicho frente a periodistas y rodeada de su gabinete que no hablaría más del tema de la cancelación de su visa, Marina del Pilar Ávila tuvo que volver a decir algo.
Posteó ayer en X: “No me fueron canceladas cuentas en Estados Unidos simplemente porque no existen. No tengo ninguna cuenta bancaria en el extranjero. Desde el día de ayer, periodistas y medios de comunicación difundieron una mentira. Reitero para ellos y la gente: no existen cuentas en el extranjero”.
Mientras, la presidenta Claudia Sheinbaum sigue pidiendo a Estados Unidos que alguien le explique. El canciller y el embajador parecen andar distraídos —no se ría—.
Más valdría que alguien consiguiera una explicación oficial porque las cosas solo se pondrán peor. Y en esta ocasión no me refiero a la relación con Estados Unidos y lo que significa por la importancia de Baja California en ella, sino al estado mismo y su futuro. En lo político, las cosas andan siempre movidas allá en el norte.
Como ahora nos han recordado las redes y algunos medios, fue el antecesor de Marina del Pilar, el ex gobernador del estado de Baja California, Jaime Bonilla, quien en dos ocasiones, en 2022 y en 2023, desde la tribuna del Senado insinuó que la morenista sucesora, como lo fue él, estaba implicada en el narco. La primera vez citando una manta firmada por el CJNG que acusaba a la gobernadora de “romper un acuerdo”, y peor en 2023, cuando dijo: “el gobierno dejó de ser socio de los cárteles a convertirse en un cártel, el cártel que ya le hace competencia a los que ya todos conocemos”.
Así de bien se llevan en la 4T. Aclaro que Bonilla se hizo petista después de fracasar en su intento de ser gobernador por más años de aquellos para los que había sido electo. Bonilla no es una blanca paloma y habrá que agregar que es, desde hace muchos años, muchos, buen amigo de Andrés Manuel López Obrador.
Desde 2024, cuando le fue muy mal en la elección para el Senado, Bonilla ha estado más bien callado, aunque sigue siendo un poderoso empresario. Pero muchos otros —incluidos morenistas que no se sienten del equipo de Marina— verán esto como una oportunidad. Incluida alguna oposición, como aquella de la que salió… Carlos Torres, el esposo de Marina.
El vacío de información solo ensombrece el futuro del estado. Claudia Sheinbaum debe andar preocupada… más cuando voltea a ver a su embajador y su canciller para tener la información que necesita.