No sorprende, pero sí les debiera dar un poco de vergüenza, escuchar a los legisladores de Morena y afines, es decir, de la que se dice la cuarta transformación, argumentar el martes por aumentar el catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa.
Algo parecido sucede cuando uno escucha a la próxima presidenta estar a favor de ello.
Uno quisiera suponer que, como en tantas otras cosas dentro de Morena y afines, algunos de los que votaron en la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados lo hicieron porque si no los echan, otros ni siquiera leyeron por lo que votaron, pero todos saben qué es lo que el señor Presidente quiere. Le encanta. Pero evidentemente también le gusta meter a prisión a todo mundo, sobre todo a los más pobres, a la presidenta y el gobierno que viene, si no algo podrían haber hecho o podrían hacer de aquí a septiembre. Pero no sucederá.
En estos tiempos donde lo dicho, la narrativa, se impone a los hechos, a la realidad, donde se dicen “humanistas”, hay que recordar todo el tiempo qué es eso de la prisión preventiva oficiosa, instrumento condenado por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos y la ONU, entre otras organizaciones. La prisión preventiva oficiosa termina con la presunción de inocencia que contempla la Constitución. Y hay que recordar que terminar con la prisión obligatoria no implica que todos los acusados queden libres. Simplemente se valora caso por caso. En fin, eso se sabe.
Pero a la 4T conservadora le encanta lo de la gente en la cárcel.
Hoy en las cárceles mexicanas cuatro de cada 10 internos no tienen sentencia, es decir, no son culpables. De esta población, 44.3% se encontraba en prisión preventiva oficiosa; 70% de las personas a las que se les aplica la medida de prisión preventiva oficiosa o automática son personas de escasos recursos.
Como lo señaló una investigación de Intersecta y Animal Político: “artesanos, choferes, campesinos, pescadores, vendedores y comerciantes, quienes apenas cuentan con primaria o secundaria y que son acusadas de delitos menores como pequeños robos, son las principales víctimas de esta medida, situación que incluso evidencia por qué no han bajado los niveles de violencia en el país pese a que hay más detenidos”.
Así los conservadores que nos gobiernan. Por ellos votó la mayoría, se entiende; nada más, por favor, un poco de honestidad. Ya no se digan humanistas o de izquierda o que los derechos...