Hay un cuento que repiten mucho los abogados estadunidenses especializados en procesos federales. Aquellos que involucran al FBI o la DEA y que son encabezados por fiscales de la Federación.
Cito el relato publicado de un abogado que antes fue fiscal: “Cuando mis clientes vienen a hablar sobre la Corte federal, empiezo con la historia de la fogata y el puma. ¿Has oído hablar de la historia del puma? Y ellos dicen que no. Bueno, déjenme explicarles cómo funciona la Corte federal. Ustedes saben, hay varios coacusados en este caso. Y la forma en que esto funciona es que todos tus acusados están sentados alrededor de una fogata, y de repente aparece un puma, y todos ustedes comienzan a correr. Y usted se voltea con uno de sus acusados y le dice: no podemos correr más rápido que este puma. Y el tipo se voltea hacia ti y te dice: ‘Solo tengo que correr más rápido que tú’. Y es una historia divertida porque te muestra lo brutal que puede ser el sistema federal, es que la primera persona en cooperar generalmente obtiene el trato y obtiene el mejor trato, y así sucesivamente. El último que coopera se lleva la peor parte”.
En medio de toda la confusión sobre los detalles de las detenciones de Joaquín Guzmán López y El Mayo Zambada por autoridades estadunidenses, y la ignorancia absoluta de las instituciones de seguridad e inteligencia —no se rían— en México, una cosa sí parece clara: alguien, todo indica que Guzmán López, fue el que más rápido corrió cuando tocó huir del puma.
Si así fue, eso tendrá consecuencias. De las malas. Esas consecuencias podrían ser malas para muchos no en sentido de venganza y violencia únicamente, sino en lo que Joaquín haya comprometido con las autoridades estadunidenses cuando negoció su entrega, o El Mayo, si es que es mentira que él fue contra su voluntad, secuestrado.
Joaquín y, si fuera el caso, El Mayo tienen mucho que contar a las fuerzas de seguridad para obtener, por ejemplo, mejores condiciones carcelarias para El Chapo, mejores condiciones para el juicio de Ovidio.
Capos como El Mayo, tantos años en eso, tienen mucho que contar. Inteligencia que tendrá a muchos preocupados. No solo a Los Chapitos, a otros que solo se han beneficiado de la tragedia de la violencia mexicana. La carrera para no ser atrapados por el puma ha comenzado. El que más cuente, mejor le irá.