En medio del escándalo que significa que el gobierno de Estados Unidos le haya retirado su visa, igual que a su esposo, que, hay que repetirlo, trabaja para su gobierno —sí, sí, honorario—, la gobernadora de Baja California salió a dar un mensaje a medios:
“Que el Departamento de Estado haya cancelado mi visa no significa que haya cometido algo malo, es una decisión administrativa, no una acusación; no hay un delito, no hay falta. Estoy tranquila y con la conciencia limpia, pero algunos han querido convertir esta situación en arma política; jamás le he hecho daño a nadie ni lo haré. Hay valores que son pilares en mi vida y me fueron inculcados desde niña en mi casa; no le busquen, no hay nada que esconder, no hay nada que averiguar para dañar mi imagen o mi persona”.
Pues asunto político sí es, señora gobernadora. Es usted funcionaria pública electa de un país que tiene muy intensas relaciones bilaterales con el país que le canceló su visa, no digamos su estado. Pero en fin. Se siguen acumulando “filtraciones”, nada verificable, por lo pronto, mientras el gobierno de Estados Unidos diga algo, aunque ya dijo que no dirá mucho.
Dicen esas “filtraciones” que casos como el de la gobernadora seguirán acumulándose, veremos.
El asunto de Marina del Pilar es el más escandaloso, pero ya había sucedido en Matamoros algo similar y un arresto en Texas a una empleada de la fiscalía estatal de Tamaulipas.
Todo indica que hay otras maneras de hacer muros fronterizos. Aunque estos son raros.
Ayer MILENIO reportó que 17 familiares de Joaquín El Chapo Guzmán cruzaron la frontera y fueron recibidos por autoridades estadunidenses, seguramente en un acuerdo relacionado con la negociación de Ovidio para declararse culpable.
En medio de todo esto hay una cosa que parece clara: si le creemos a la Presidenta, nadie en México sabía lo de la gobernadora y menos lo de la familia de los Guzmán. Mala cosa.
Y en el caso de cuando este nuevo muro poroso fue cruzado por 29 criminales arrestados y encarcelados en México y deportados hace unas semanas sin proceso judicial alguno a Estados Unidos, no sabemos si fue por simple presión política y arancelaria. Por cierto, tanto criminal allá llegando a acuerdos solo es, de alguna manera, otra forma de impunidad.
En fin, todo huele bastante mal en estos días en la frontera y la relación.