La inútil estrategia de agarrar capos

Ciudad de México /

Cada gobierno de México o Estados Unidos tiene entre sus medallas la detención de alguno de los líderes de grupos criminales, en particular de los que se dedican al tráfico de drogas. La mayoría de ellos termina en una prisión estadunidense después de procesos de extradición —unos más rápido que otros—.

Le conviene a México, cuya seguridad en las prisiones no es la mejor —soy generoso—, quedan bien con el país vecino y se deshacen de un potencial problema. Va una breve lista de los extraditados. Todos nombres de capos.

Jesús Héctor Luis Palma Salazar, extraditado el 7 de abril de 2007, condenado en 2009 a 16 años por tráfico de cocaína, salió libre en 2016 por buena conducta. Fue deportado a México, donde entró a prisión por homicidio.

Alberto Benjamín Arellano Félix, extraditado el 29 de abril de 2011; condenado en 2012 por extorsión, lavado de dinero y narcotráfico a 25 años.

Juan José Quintero Payán, extraditado el 23 de abril de 2010.

Sandra Ávila Beltrán, extraditada el 10 de agosto de 2012; condenada en 2013 a 5 años y 10 meses de prisión por asociación delictuosa.

Alfredo Beltrán Leyva, extraditado el 15 de noviembre de 2014; condenado a cadena perpetua.

Jaime González Durán, extraditado el 20 de octubre de 2022.

Jesús Vicente Zambada Niebla, extraditado el 18 de febrero de 2010; condenado en 2019 por conspirar para distribuir cocaína.

Jorge Eduardo Costilla Sánchez, extraditado el 30 de septiembre de 2015.

César Alfredo Meza García, extraditado el 7 de marzo de 2013.

Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, extraditado el 19 de enero de 2017.

Dámaso López Núñez, extraditado el 6 de julio de 2018.

Édgar Valdez Villarreal, extraditado el 30 de septiembre de 2015.

Rubén Oseguera González, extraditado el 21 de febrero de 2020.

Podríamos aumentar a la lista los que terminan en cárceles mexicanas como Miguel Felix Gallardo o Rafael Quintero, que ha andado de un lado a otro.

Ahora El Mayo Zambada y el hijo de Guzmán Loera están también en una prisión. La pregunta es: ¿de qué ha servido?.

Veamos los datos de tráfico de droga —ahora fentanilo, antes heroína o coca—, veamos los números de homicidios diarios, las extorsiones… ¿alguien se dará cuenta de que tal vez esa estrategia de agarrar al capo no funciona de mucho?

No que no se deba a hacer, pero… ¿qué más? 


  • Carlos Puig
  • carlos.puig@milenio.com
  • Periodista. Milenio TV, Milenio Diario y digital, de lunes a viernes. Escucho asicomosuena.mx todo el tiempo.
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