La oposición, la reforma y el destino de Sheinbaum

Ciudad de México /

Se muerden las uñas todos, se muerde las uñas el país en estos días mirando qué sucederá en el Senado de la República respecto a la reforma del Poder Judicial de Andrés Manuel López Obrador.

La innecesaria terquedad del Presidente ha desestabilizado al gobierno que llega, que arrasó en las urnas y ahora es arrasado por algo que hace unos meses no imaginaba. Suficiente se ha dicho sobre lo que la reforma, como está planteada, provocará al sistema de justicia, las dificultades para su implementación y el absurdo de los planteamientos. Y queda claro lo que ya ha impactado e impactará en la economía y la inversión además de la relación con nuestros socios comerciales, fundamental para el desarrollo del país.

Ahora, la oposición partidista y aquellos que se oponen a la reforma tienen la esperanza de que sea detenida en el Senado donde la mayoría de Morena y sus aliados podrían quedar cortos para su aprobación.

Lo que menos importa, lo que menos ha importado en los últimos días es la sustancia, la justicia, los problemas del sistema en el que reina la impunidad por una variedad de razones; ninguna, por cierto, de la incumbencia del dictamen que aprobaron los diputados.

Quedará para la historia, una vez más, la paradoja de cómo un gobierno saliente ha puesto a temblar los pilares del que sigue aún siendo, o eso dicen, amigos, compañeros, creyentes en las mismas causas.

El asunto es tan absurdo e inesperado que hasta la oposición —es un decir— a esa que lleva años sin existir ni importar, le ha dado una oportunidad de aparecer, de importar. Si por alguna extraña razón los senadores del PRI, el PAN y MC votan todos en contra, de repente parecerá que existen. Dije alguna extraña razón porque siempre hay alguno o alguna que escucha el canto de las sirenas guindas. Aunque reciente discusión pública parece haber encarecido en serio el costo reputacional y de futuro para quien vote con la mayoría. Pero lo hemos visto antes, y siempre hay recompensa cuando se opta por la mayoría en el poder.

Una cosa está clara: si la oposición, por ausencia o votos, no frena la reforma, habrá formalmente desaparecido y ese 40 por ciento que votó por ella tendrá que buscar otros destinos. Curiosamente, ese “triunfo” de López Obrador cimbraría de tal manera el país, que el gobierno de Claudia Sheinbaum arrancaría herido, tal vez para siempre.


  • Carlos Puig
  • carlos.puig@milenio.com
  • Periodista. Milenio TV, Milenio Diario y digital, de lunes a viernes. Escucho asicomosuena.mx todo el tiempo.
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