Ayer, la presidenta Claudia Sheinbaum sostuvo una conversación con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, después del infame post en su red social en el que amenaza con imponer tarifas arancelarias a México y Canadá por la migración irregular y el tráfico de fentanilo.
Después de la carta presentada el martes en la mañanera y la presentación de Marcelo Ebrard de lo mal —dice— que le iría a Estados Unido si esto sucediera en la mañanera de ayer (como si en Estados Unidos no supieran), ayer ya hubo una conversación.
En sus redes sociales, el primer párrafo en el que informó la Presidenta de la llamada —ilustrada con una foto donde ella y el canciller De la Fuente sonríen felices— dice: “Tuve una excelente conversación con el presidente Donald Trump. Abordamos la estrategia mexicana sobre el fenómeno de la migración y compartí que no están llegando caravanas a la frontera norte porque son atendidas en México”.
Llama la atención el término “atendidas”.
“Atender” a los migrantes es retenerlos en la frontera sur en condiciones infrahumanas mientras hacen su pedido, vía una app, para tener una cita en Estados Unidos. “Atender” las caravanas que se forman en Chiapas o Tabasco para arrancar, como lo intentan, el largo viaje después de meses de desesperación esperando una solución, es pararlas y dispersarlas a unos kilómetros de su salida, Guardia Nacional y Ejército mediante, y regresarlas a donde estaban.
Hasta agosto de este año hubo en 2024 716 mil 690 “eventos de personas en situación migratoria irregular en México”; de los cuales 609 mil sucedieron en Chiapas y Tabasco.
Albergues llenos, instituciones sin capacidades para atender los miles que llegan todos los días, las ciudades del sur de México están en una crisis que nadie quiere reconocer.
La Presidenta, como lo hizo el presidente anterior, puede insistir en Sembrando Vida u otros programas para los países latinoamericanos —ya vemos de cuánto han servido—; pero mientras tanto el gobierno de México actúa como lo que pidió y logró extorsionando Trump hace unos años: su verdadero muro con el Ejército y la Guardia Nacional. Eso también es el humanismo mexicano, por si les sirve para uno de sus videos mañaneros, digo.
Cuando cierro esta columna, leo que Trump dice que la Presidenta estuvo de acuerdo en parar la migración a través de México. Pues sí, eso ya se hace tanto como se puede, no se preocupe, señor Trump.
Pierden los de siempre, los invisibles. No vaya a ser que lleguen los aranceles.