Ayer el presidente de EU, Donald Trump, volvió al tema que lo vuelve loco, la palabra que más le gusta, dice él, y puso en marcha un plan para imponer nuevos aranceles a otros países a nivel mundial, una medida que, de llegar a concretarse, rompería las reglas del comercio mundial y crearía un caos.
El presidente ordenó a su equipo que le propongan nuevos niveles arancelarios que tengan en cuenta una serie de barreras comerciales y otras medidas económicas de los socios comerciales de Estados Unidos. Eso incluye no solo los aranceles, sino también los impuestos que cobran a los productos extranjeros, los subsidios que dan a sus industrias, sus tipos de cambio y otros comportamientos que el presidente considera injustos. La locura, pues.
Trump dejó claro que su intención es que las empresas regresen y produzcan en Estados Unidos, donde “no hay tarifas”.
No está el horno para bollos y luego las empresas, que han sido recibidas con todas las facilidades en México desde hace años, no ayudan. Corrijo, al menos una empresa que no le ha ido nada mal en este país.
Nissan, que llegó a México en 1961, exporta alrededor de 350 mil vehículos a Estados Unidos y es la primera empresa grande que da muchos empleos en México —unos 15 mil—.
Según datos de la misma empresa, uno de cada cuatro vehículos comercializados nuevos en el país es un Nissan. Cinco de los 10 vehículos más vendidos en México son Nissan, todos de manufactura nacional incluyendo los modelos NP300, Versa, Tsuru, March y Sentra. Vaya, no les ha ido mal.
De repente, el presidente y CEO de la empresa, el japonés Makoto Uchida, da una conferencia de prensa ayer y dice: “Exportamos un gran volumen a Estados Unidos, así que si hay aranceles altos, tendrá graves implicaciones en nuestro negocio”.
Y agregó: “Si se imponen aranceles altos, tendremos que estar listos y quizá podemos trasladar la producción de estos modelos a otro lugar. Si esa fuera la decisión, pensaríamos en cómo hacerlo una realidad mientras monitoreamos la situación”.
¿Qué necesidad, señor Ukida? Reaccionar así frente a las amenazas del señor de la Casa Blanca.
Además, ¿en serio van a pagar los salarios de allá? ¿Lidiará con esos sindicatos? Mmm, no sé.
¿Usted cree que Trump andará en un Tsuru blanco?