MC después del 2 de junio

Ciudad de México /

No ha sido un proceso sencillo para Movimiento Ciudadano el que culmina el 2 de junio. El viejo estilo y los misterios de su creador y líder, Dante Delgado, en negociaciones fracasadas que nunca le contó a nadie con Marcelo Ebrard provocaron que tarde y de mala manera se intentara subir Samuel García a la boleta sin contemplar que ni es tan popular en su estado ni tenía el apoyo para irse y seguir siendo gobernador. Todo se atoró y de repente: Jorge Álvarez Máynez.

Todo aquello hizo que el estado que de verdad gobierna MC y su líder, el gobernador Enrique Alfaro, de Jalisco, se hiciera a un lado de lo nacional y se concentrara en retener su entidad. Otros miembros del partido naranja, aunque menos visibles que el gobernador, también se apartaron un poco de aquel desbarajuste.

Máynez y su equipo apostaron por una campaña dirigida a los jóvenes —los que menos votan, históricamente— recorriendo universidades y utilizando las redes sociales, pero no todas, sino en las que están atrapados todo el día niños y muy jóvenes.

Luego la canción y ya está. Como la canción, la campaña fue muy personalizada. Hay una lógica: más allá de Mariana Rodríguez, quienes aspiran a otros puestos por parte de los naranjas tenían muy poco reconocimiento. Y a quien había que subirle los niveles de reconocimiento es a él.

¿En qué acabará todo esto para el partido de Dante? Por una parte, la personalización tal vez no haya sido la mejor estrategia para el futuro del partido como tal. Por ejemplo, en todas las encuestas para la Jefatura de Gobierno en CdMx, el candidato de MC no parece haberse movido desde hace meses, Máynez sí. En Jalisco las encuestas dicen que a Máynez le irá mejor que en otros estados, pero ahí es él quien se beneficia de la marca.

¿Qué resultará de la estrategia enfocada en niños y jóvenes? He visto a muchas chavitas y chavitos menores de 16 años cantando la canción. Lástima, no votan. Y no, los papás nunca han votado por quien les dice la hija de nueve años (por suerte).

La pregunta es si los buenos niveles de reconocimiento del candidato se van a trasladar a la marca, al partido, o son de la marca Máynez. Digamos que al candidato le va muy, muy bien con 10 o 12 puntos. Y el partido para el Legislativo se queda con cinco, o menos.

Perder una presidencial no sirve de nada. Quedar muy chiquito en el Legislativo, tampoco. Sí, ganarán Jalisco, pero no vaya a ser que pierdan Monterrey.

Veremos. Pero no vayan a terminar en aquello de las dos tortas.


  • Carlos Puig
  • carlos.puig@milenio.com
  • Periodista. Milenio TV, Milenio Diario y digital, de lunes a viernes. Escucho asicomosuena.mx todo el tiempo.
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