Durante el primer debate presidencial de la elección de 2018, el entonces candidato y ahora ex presidente Andrés Manuel López Obrador dijo: “Nosotros no firmamos el llamado Pacto por México porque consideramos que fue un pacto contra México. Ahí fue donde se aprobaron las reformas estructurales, ahí se aprobó el aumento de los impuestos, la privatización del petróleo que terminó en el aumento al precio de las gasolinas, el gasolinazo. Y otras reformas contrarias al interés popular”. Lo de pacto contra México perseveró a lo largo del sexenio en varias mañaneras y alguna vez lo ha mencionado también la presidenta Sheinbaum.
Que no quepa duda: para Morena aquel pacto representa todo lo que está mal con lo que había en el país antes de que llegaran ellos. Buena parte de las reformas de la 4T tienen que ver con acabar con lo que aquella negociación terminó en ley. Y así lo presumen.
En 2014, José Murat, ex gobernador de Oaxaca, priista de toda la vida y participante en aquellas negociaciones, publicó el libro Pacto por México. Es una buena memoria de aquellas pláticas en el contexto de la historia mexicana contemporánea.
Valga citar algunas de las conclusiones en el libro: “El Pacto por México es el principal instrumento de concertación que está transformando la vida política, social, cultural y, en el mediano plazo, la vida económica del país. Después de 15 años de gobiernos divididos y de congresos paralizados, se han procesado las reformas estructurales que México demandaba.
“Si el Pacto por México concluyera ya en definitiva, habría cumplido en un alto grado con su misión y sus objetivos principales: romper el punto muerto de una democracia paralizada e improductiva, al hacer posibles las reformas estructurales para modernizar a México, darle los instrumentos para salir adelante en un mundo cada vez más abierto y competitivo”.
Su hijo Alejandro fue director del Infonavit los primeros tres años del gobierno que fue el artífice —Murat dixit— del Pacto por México. Después, como su padre, fue gobernador de Oaxaca por el PRI, senador y hasta fugaz aspirante a la Presidencia de México por el tricolor en la coalición opositora.
Ayer nos enseñó en X su foto de afiliación a Morena. “Reafirmando —dice— su compromiso con la transformación de México”.
Creo firmemente que los hijos no tienen por qué pensar o ser como sus padres. Es más, mejor si no.
Eso sí, me da curiosidad si en la mesa familiar se le dice pacto por o contra México.