No, Presidenta, esa enchilada ya se pudrió

Ciudad de México /

Hace casi 25 años, los gobiernos de los presidentes Vicente Fox y George W. Bush pensaron, dialogaron y estuvieron a punto de firmar y hacer ley una reforma migratoria integral.

Los acuerdos venían de muchos meses de paneles, debates y discusiones sobre cómo enfrentar el problema migratorio que ya agobiaba las fronteras.

El 5 de septiembre de 2001, el presidente Fox estaba en la Casa Blanca en una visita de Estado y todo fueron sonrisas y apretones de manos. Entre los acuerdos estuvo trabajar para sellar e implementar esa reforma.

El entonces canciller Jorge G. Castañeda, líder de aquellas negociaciones, dijo que sería “la enchilada completa”, es decir, una que abarcara todos los ángulos del problema. Se trataba de hacer esfuerzos en las zonas de origen de la migración para reducir la diferencia. Ampliar el programa de visas para trabajadores temporales. Aumentar el número de visas de residencia permanente. Establecer un programa que regularizara la situación de millones de mexicanos residentes en Estados Unidos sin documentos y combatir la inseguridad y violencia en la frontera entre ambos países.

La última ley que había hecho al menos una de las cosas propuestas había sido con Ronald Reagan como presidente —sí, ese conservador— en 1986. Poco más de dos millones y medio de personas regularizaron su estancia.

Todos sabemos la historia. En 2001, seis días después de aquella visita, Estados Unidos fue atacado por Al Qaeda. La reforma se murió. Estados Unidos entró en guerra.

En estos 24 años nada o muy poco se ha hecho para enfrentar el problema migratorio; tal vez lo más relevante, la decisión de Obama sobre lo que ahora llamamos dreamers —en su mayoría mexicanos—.

Más bien en este cuarto de siglo lo que ha crecido es un movimiento antiinmigrante promovido por la derecha estadunidense y aprovechado las crisis económicas, de consumo de drogas y falta de empleos para culpar a los migrantes. Fue esta narrativa la que, en buena parte, llevó a Trump a la presidencia la segunda vez.

Dijo ayer la Presidenta en la mañanera: “No es con redadas, no es con violencia, sino atendiendo a una reforma migratoria integral que reconozca el papel de los migrantes en Estados Unidos, sobre todo aquellos que llevan ya muchos años trabajando allá”.

Presidenta, esa reforma, esa enchilada se pudrió hace mucho. El problema es mucho, mucho mayor.


  • Carlos Puig
  • carlos.puig@milenio.com
  • Periodista. Milenio TV, Milenio Diario y digital, de lunes a viernes. Escucho asicomosuena.mx todo el tiempo.
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