Viendo lo que va del proceso electoral sin apasionamientos políticos, ya no se sabe ni en quién confiar. Es la impresión frente a las fallas de los encargados de aplicar la justicia electoral, e inclusive el propio INE ha sorprendido con desaciertos.
Dolo, descuido, impericia, omisión o simplemente desconocimiento de la ley, pero deja mucho qué pensar porque son quienes calificarán y juzgarán la legalidad de la decisión que tomemos el 2 de junio.
Una Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tepjf), donde una valiente magistrada se queja de que sus proyectos de sentencia (caso Cabeza de Vaca) se filtran y la exponen a fuertes presiones externas para cambiar el sentido de su resolución.
Un Tribunal Electoral de Tamaulipas (Trieltam) cuyos magistrados, a decir de la Sala Regional Monterrey, no saben distinguir entre lo que es ilegal y no es (elección a mano alzada de candidatos plurinominales del PAN al Congreso de Tamaulipas).
Un Instituto Nacional Electoral que aceptó la postulación de Francisco García Cabeza de Vaca pero negó derechos políticos a Carlos Peña Ortiz en Reynosa, y le enmendaron la plana.
El candidato a su reelección como alcalde estaba amparado contra su orden de aprehensión y sin sentencia definitiva en su contra ni haberse sustraído de la acción de la justicia. Al ex gobernador sí se le consideró prófugo porque no se ha presentado a una sola audiencia judicial.
La Sala Superior determinó que se vulneró a Peña Ortiz al desconocer el INE sus derechos políticos y la Sala Monterrey considerarlo prófugo de la justicia.
Son solo algunos botones de muestra, ya ni se diga el desempeño de los órganos de justicia partidaria que lo que menos procuran es justicia entre su militancia.
Ahí tiene la forma en que el PT se quiso deshacer de Adrián Oseguera como candidato de la coalición Sigamos Haciendo Historia a la diputación federal por el distrito 08 de Tampico, donde la Sala Regional del Tepjf obligó a devolverle su postulación que le pretendían quitar sin fundamentación alguna, negándole su derecho de audiencia.
¿Cuánto más veremos de aquí al 2 de junio?