Que la última carta que podría jugarse el Congreso de Guanajuato en cuanto a nombramientos podría ser sólo la de la designación de la persona que quedará como titular de la Auditoría Superior del Estado, y lo que aún no queda muy claro es el porqué se le pidió cordialmente a Javier Pérez decir adiós al cargo en el cual debería despachar por tres años más.
Las conjeturas son muchas, hay quien dice la razón podría ser que el período para el cual fue asignado concluye a la mitad del siguiente sexenio y el que sigue podría quedar en manos de la mayoría de oposición lo que traería consigo alguien que seguramente buscaría los prietitos en el arroz en pleno año electoral ¿será?
Que otra lectura que resulta delicada es que si ésta es la razón entonces quiere decir que en efecto hay prietos en el arroz que pudieran derivar en denuncias que para ese entonces en caso de configurarse un delito no habrían prescrito, si esa es la razón habrá que preocuparse más en caso de que la designación del sucesor en la ASEG obedezca a ampliar la permanencia de un auditor a modo.
Y es que muchas cosas no están claras, resulta que ahí está el caso del ex director de Transporte, Jorge Valencia Gallo que se vió beneficiado con sanciones pírricas después de las denuncias por corrupción, aún nadie explica qué pasó con el dinero que se entregó a la Fundación Vamos México del Fidesseg y una larga lista de etcéteras.
Que cada vez son más las voces de panistas que se suman a la exigencia de evitar que el dedazo se apodere del partido en la renovación de la dirigencia estatal de Acción Nacional y curiosamente son las mismas que en su momento se manifestaron en contra de la designación de Libia García como candidata del PAN al gobierno del estado.
Pero también habrá que decirlo son aquellos que actuaron de la misma manera cuando tenían el control de partido así que la única novedad es quienes tienen la sartén por el mango al final repetirán la historia de sus antecesores.