Que la doctora Claudia Arlett Espino va a ser la próxima secretaria ejecutiva del INE después de la renuncia de Claudia Edith Suárez, cargo vacante por cuarta ocasión en 18 meses, y la noticia fue recibida con entusiasmo en diferentes círculos académicos y políticos de Chihuahua, de donde la primera es originaria, ya que ha presidido diversas comisiones clave en el Instituto Estatal Electoral relacionadas con equidad de género, derechos humanos, debates y grupos indígenas.
Que la presidenta nacional de Morena, Luisa María Alcalde, confió en el avance del partido guinda en entidades opositoras, toda vez que después de sus visitas a Aguascalientes, gobernada por el Partido Acción Nacional, y Coahuila, priista, donde encabezó asambleas informativas, sostuvo que es cuestión de tiempo para que se hagan con esas gubernaturas hoy a cargo de Teresa Jiménez y Manolo Jiménez. No, si quieren el carro no solo completo, sino también copeteado, mientras que sus adversarios no parecen reaccionar después del nocaut 2024.
Que incluso en algunos círculos morenistas no cayó bien el recargón de la Presidenta al ex panista Gabriel Quadri, insistente crítico de los programas sociales de Morena que fue exhibido formado para recibir su pensión del Bienestar, no porque no se lo merezca, sino porque es un personaje menor que no debería distraer la atención del gobierno federal, ocupado hoy mismo en lidiar en varios frentes abiertos, sobre todo en el exterior. El aludido, por cierto, cantinfleó con eso de que sigue estando en contra de los apoyos, pero tiene derecho a ellos, porque se pagan con los impuestos. Ah, bueno.
Que la Universidad Nacional Autónoma de México, que encabeza el rector Leonardo Lomelí, ocupa el lugar 54 global en la clasificación 2025 del Times Higher Education, que mide el compromiso y las contribuciones de las universidades con la ciencia interdisciplinaria entre 749 instituciones de educación superior de 94 naciones. Otra medalla para los pumas.