La situación actual en la Universidad Autónoma Estado de México sigue sin dar visos de una solución pronta al paro estudiantil que persiste en 20 espacios académicos.
Hasta el momento solo ha existido por parte de quién hoy está como encargado del despacho de la rectoría, disposición a dialogar con los estudiantes, pero hasta el momento no se ha dado una señal que anuncie una mesa de diálogo para la posible solución del conflicto.
Esa mesa de diálogo entre la asamblea estudiantil universitaria con las autoridades, es urgente que se inicie. Lo más cercano que se visualiza es que los directores de los espacios académicos en paro ya tomaron cartas en el asunto y están atendiendo las demandas que de forma particular tiene cada espacio para tratar de destrabar la crisis por la que atraviesa.
Puede haber una mesa de diálogo en cada espacio académico, sin embargo, no significa que sea la solución del problema porque se deben atender las demandas generales y luego pasar a las particulares. Es lo que pide la Asamblea Estudiantil Universitaria.
Es por eso que hay quienes creen que la apuesta de las autoridades universitarias para la solución del conflicto es el desgaste de los paristas, es decir, que al ver que no son atendidos y que sus semanas no son resueltas, decida levantar el paro y reanudar actividades.
Esto sin duda alguna es un arma de doble filo, porque subestimar la resistencia estudiantil es tanto como asumir una actitud autoritaria que ponga en riesgo la estabilidad universitaria. Si los directores de los espacios académicos logran acuerdos con los paristas y atienden su pliego petitorio particular, seguramente habrá beneficios y un avance para que se atienda la petición generalizada de todos los estudiantes.
Aquí se sabrá de qué están hechos los directores de las escuelas y facultades que están en paro, y cómo podrán sortear y lograr reanudar las actividades, y sobre todo que el semestre se salve; aún hay tiempo para ello y entonces se sabrá.
Pero lamentablemente hay voces que no quieren que esto suceda y prefieren el paro para que haya un desgaste, y al final los estudiantes acepten las cosas tal como están hasta ahora y, de ser así, qué pena que esa sea la apuesta de las autoridades.
Por otro lado, hay confianza en que se den las condiciones para que estudiantes y autoridades realmente dialoguen y se llegan a acuerdos, para que la Universidad no sea el botín de unos cuántos sino la institución al servicio de la sociedad mexiquense y del país mismo.
Ya veremos de quién hay más voluntad para destrabar el conflicto, o si se siga apostando a que las cosas regresen al Estado en el que se encontraban antes.