'One Love'

Ciudad de México /

En general soy bastante reticente a ver biopics de leyendas musicales, pues a menudo se incurre en la tentación épica de resaltar con estridencia lo que en el fondo no es ya sino un patético cliché: la alguna vez transgresora vertiente del sexo, drogas y rock ‘n’roll, que a estas alturas del partido ya no escandaliza ni a la más puritana de nuestras abuelitas. De modo

que la tendencia suele ser a enfatizar los claroscuros de las leyendas, por ejemplo con la caricaturesca Elvis que hizo Baz Luhrmann. En cambio, las películas (y actuaciones) que retratan a personas —y no solamente personajes— con un mayor grado de complejidad e introspección son capaces de engancharnos, no por el morbo de volver a contemplar el cliché de la decadencia, sino a menudo a pesar del mismo, como ocurre por ejemplo con el intenso y fascinante Johnny Cash al que diera vida en su momento Joaquin Phoenix.

Por lo mismo no pensaba ver la reciente película One Love, sobre un fragmento de la vida de Bob Marley, pero en un reciente viaje de trabajo apareció en el menú del avión, así que sin mayor expectativa de nada procedí a verla. Y sin que sea en ningún sentido una obra maestra, hasta cierto punto me sorprendió gratamente, en buena medida por la actuación de Kingsley Ben-Adir como Marley, quien si bien obviamente no le llega al original en términos de presencia y carisma (¿quién le llegaría?), quizá acaso por eso se mantiene en un registro mesurado e introspectivo, que es a mi parecer el principal enfoque de la película. Y con ello se evita incurrir en la estereotipada imagen de Marley como un rastafari marihuano a quien todo le daba igual y sólo se limitaba a fluir con el momento. Además, como han señalado bastantes críticas de la película, ya con el puro soundtrack de la música de Marley, la película lleva ganado un buen trecho.

Debido a que el arco se sitúa principalmente en la etapa en que, luego de que le dispararan, Marley se autoexilió con su banda en Londres para grabar lo que terminaría siendo la obra maestra Exodus, buena parte del filme se centra precisamente en el proceso creativo, donde queda clara la importancia del enfoque casi profético que tenía para Marley su música, en la que era imposible separar su visión profundamente religiosa como rastafari, por lo que su arte adquiere desde la composición el carácter de himno que a cuarenta años de su muerte sigue más vigente que nunca. Es muy bella una escena donde toca por primera vez con su guitarra acústica lo que se convertiría en “Redemption Song”, y cuando su esposa Rita le pregunta conmovida cuándo escribió eso, le responde que lleva escribiéndola toda su vida.

Y queda clara igualmente la fidelidad a su muy particular visión del mundo cuando, al ser diagnosticado con cáncer de piel, se niega a que le amputen un dedo del pie, con lo cual probablemente habría podido salvar la vida. En los ambiguos intercambios con Rita por momentos parecería que parte de la misión pudiera en todo caso implicar aceptar la muerte joven, y con ello alimentar el mito del profeta que sin duda alcanzó ya en vida.

Y como coda, al escuchar entero el Exodus para escribir este texto, saltan innumerables fragmentos que de tan proféticos, prácticamente se podrían aplicar a la realidad del mundo, sin importar cuándo se les escuche, por ejemplo este de “Natural Mystic”:

This could be the first trumpet

Might as well be the last

Many more will have to suffer

Many more will have to die 


  • Eduardo Rabasa
  • osmodiarlampio@gmail.com
  • Escritor, traductor y editor, es el director fundador de la editorial Sexto Piso, autor de la novela La suma de los ceros. Publica todos los martes su columna Intersticios.
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