El PND y sus indicadores

Ciudad de México /

La semana pasada se publicó el Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030 (PND) en el Diario Oficial de la Federación. Este documento establece el diagnóstico actual, los objetivos que se propone lograr la presente administración, así como las políticas generales que se seguirán para tratar de alcanzar dichos objetivos. El documento incluye también la visión de largo plazo denominada Plan México, los 100 compromisos establecidos desde la campaña y unos indicadores de seguimiento que tienen como propósito medir el progreso alcanzado en las dimensiones relevantes identificadas en el PND. Sobre este último aspecto quisiera hacer algunas consideraciones.

Los indicadores están organizados de acuerdo con los ejes generales y transversales del PND. Los cuatro ejes generales son: Gobernanza con justicia y participación ciudadana, Desarrollo con bienestar y humanismo, Economía moral y Trabajo y Desarrollo sustentable. Los tres ejes transversales son Igualdad sustantiva y derechos de las mujeres, Innovación pública para el desarrollo tecnológico nacional y Derechos de los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas.

En general, los indicadores de seguimiento están bien definidos. Se trata de indicadores de fácil estimación, con métricas claras, con fuentes precisas, con una línea base (punto de partida) y una meta puntual para 2030. Desafortunadamente, la construcción de los indicadores refleja una cierta heterogeneidad en su diseño, ya que la calidad de estos varía enormemente entre los distintos ejes. A continuación, menciono algunos ejemplos de indicadores que podrían mejorarse significativamente.

El Indicador 2.2, por ejemplo, se define como el porcentaje de personas afectadas por una emergencia social o natural atendidas por el Programa para el Bienestar de las Personas en Emergencia Social o Natural con apoyos económicos y/o en especie. Su valor de línea base en 2024 es de 15.4% y su meta para 2030 es de 16%. Ambos valores son extraordinariamente bajos. Uno pensaría que hay mucho margen de mejora en un indicador de esta naturaleza.

Algo similar pasa con el Indicador 2.7.2, Surtimiento Completo de Recetas, el cual tiene una meta para 2030 de apenas 80%. Una meta de esta magnitud difícilmente ayudaría a cumplir con el Objetivo 2.7, que es el de “garantizar el derecho a la protección de la salud para toda la población mexicana”.

El Indicador T1.2.1, por su parte, mide el número de establecimientos de cuidados a nivel nacional proporcionados por el sector público, privado y la sociedad civil. Este indicador pretende cumplir con el objetivo de “impulsar una sociedad de cuidados con perspectiva de género, interseccional, intercultural e intergeneracional”. Su valor base en 2024 es de 91 mil 836 unidades y su meta para 2030 es de solo 92 mil 152 unidades. Esto implica un crecimiento de apenas 0.3% en todo el sexenio, lo cual es claramente insuficiente para cumplir con el objetivo propuesto.

Hay otros indicadores con problemas, pero estos tres ejemplos ilustran con claridad que hay mucho margen de mejora en el diseño de los indicadores de seguimiento del PND. Esperemos que los planes sectoriales que se deberán de desarrollar en los próximos meses corrijan algunas de estas deficiencias.


  • Gerardo Esquivel
  • Economista.
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.