La noticia le puso los pelos de punta a Gilga. El subsecretario de Seguridad Pública y Ciudadana, Luis Rodríguez Bucio, denunció, así se le dice ahora a las amenazas, los casos de Martha Eugenia Magaña López y Felipe Consuelo Soto, los jueces que otorgaron amparos para que la Cámara de Diputados no discuta la reforma al Poder Judicial. Para quienes aún no lo sepan, Rodríguez Bucio es un general de brigada diplomado del Estado Mayor y además subsecretario. En español simple y llano: un general amenaza a una jueza y a un juez ante los ojos del Presidente de la República y seguramente bajo las órdenes del comandante en jefe de las fuerzas armadas. Así, o más claro. Militares hasta en la sopa de los jueces que en el ejercicio de su derecho emitieron una suspensión. Gil no se quiere poner pesimista, pero vamos muy rápido al encuentro del futuro. ¡Ay, nanis!
El primer caso fue el de Martha Eugenia Magaña López, quien promovió una suspensión de oficio el 30 de agosto a través del amparo 1251/2024. El subsecretario explicó que la jueza consideró que la reforma podría causarles “un daño de imposible reparación” a los que interpusieron el amparo. Por lo anterior, la modificación a la ley no podría ser discutida en la Cámara de Diputados.
Por su parte, en el caso del juez Felipe V. Consuelo Soto detalló que el 30 de agosto se concedió una suspensión de oficio promovida por otros jueces federales contra la misma reforma para “evitarles daños y perjuicios de difícil reparación”. En este caso, el amparo sería para que los diputados se abstengan de enviar el dictamen a las legislaturas de los estados para su aprobación. ¿Cómo la ven?
Diputados en nueva sede
Gil lo leyó en su periódico Excélsior en una nota de Jimena Campuzano y la lectora y el lector lo saben: los diputados cambiaron de sede para discutir en lo general la reforma judicial ante el bloqueo a los accesos de la Cámara de Diputados por parte de trabajadores del Poder Judicial de la Federación, quienes desde esta madrugada llegaron a inmediaciones del recinto legislativo para impedir el ingreso de legisladores y el avance de dicha iniciativa que atenta contra sus derechos. Gil decía ayer, esa reforma pasará manchada y será el sinónimo del autoritarismo y el principio de la autocracia.
El líder de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, anunció que será la Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca, en Iztacalco, la sede alterna legislativa en la que arrancarán con la discusión de la reforma judicial que plantea la elección de jueces, magistrados y ministros a través del voto popular y la cual se prevé que hoy mismo sea aprobada en lo general.
El diputado de Morena habló y le arrancó a Gil algunas lágrimas de cocodrilo, óiganlo: “Buenos días. Por razones de respeto al derecho de expresión y manifestación de quienes están en contra de la Reforma Judicial y para no generar ningún enfrentamiento, confrontación o provocación, hemos decidido, la mayoría legislativa, cambiar de sede. No buscamos que fueran instituciones privadas o de lujo o confort, sino donde el pueblo va y esta es la Magdalena Mixhuca. Es un lugar de deportes donde acuden familias aquí en Iztacalco y aquí será la sede, nos hizo el favor la alcaldía de facilitarnos este lugar. Vean donde estaremos ubicados, sentados y dónde estará el presídium. Hay facultades legales y constitucionales para cuando estos casos sucedan nombrar sedes alternas. Yo deseo que todos los grupos parlamentarios acudan para hacer un gran debate, un debate de altura, las horas que sean necesarias, las horas que sean convenientes para la discusión de esta reforma trascendental. Más tarde iniciaremos. Comunicaremos formalmente este acuerdo a todos los grupos parlamentarios”.
He aquí a un hombre de la República en busca de un gran debate. Es que de veras.
Otro bloqueo
Mientras este prócer hablaba como suele hacerlo, masticando cada palabra, un grupo de estudiantes llegó hasta las inmediaciones de la Sala de Armas de la Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca donde se discutirá la Reforma Judicial y a donde pretendían entrar, pero les negaron el acceso. Los estudiantes se manifestaron en la entrada de la Sala de Armas, lo que dificultó el acceso de los legisladores que llegaban a la nueva sede. Estudiantes de la Facultad de Derecho bloqueaban entonces el Viaducto Río de la Piedad.
Todo es muy raro, caracho, como diría Groucho Marx: “La justicia militar es a la justicia, lo que la música militar es a la música”.
Gil s’en va