Flamantes abogados

Ciudad de México /

Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil revisaba sus notas y netas. En un texto de Christian Chávez en Los Angeles Times se informó que “De los 2 mil 600 jueces que debían elegir los mexicanos por primera vez en las urnas a inicios de mes, el nombre de Silvia Rocío Delgado fue uno de los que más resonó públicamente entre una mayoría de aspirantes desconocidos. Hoy, vuelve a los focos al confirmarse su elección como jueza penal en México.”

La abogada y ahora jueza en Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, fue parte del equipo legal que representó al capo del narcotráfico Joaquín El Chapo Guzmán en 2016 cuando estaba recluido precisamente en una cárcel de esa misma ciudad. ¿Cómo les quedó el oclayo? Y nada de que eso no es verdad, los adversarios pretenden desacreditar estas ejemplares elecciones

Después, El Chapo fue condenado por una corte de Nueva York a cadena perpetua y, pese a que han pasado casi nueve años, Delgado aún lidia con cuestionamientos. “A ti ya no te voy a contestar nada”, respondió el jueves la abogada, aparentemente molesta, a una periodista que le pidió comentarios sobre su vinculación con un narcotraficante.

Representante

Delgado atendió a la prensa después de un acto formal en el Instituto Estatal Electoral de Chihuahua, en el que se emocionó, sonrió y recibió abrazos tras obtener la constancia que certificaba su elección como jueza penal de Ciudad Juárez. Muchas felicidades, jueza, un abrazo a usted y a los suyos.

Al contestar a los medios, exigió que su papel como defensa legal de Guzmán deje de ser mencionado como “vinculación” con el capo y que se maneje el término “representación”, sin “amarillismo”. Completamente de acuerdo: la jueza Silvia Rocío Jurado representó a Joaquín Guzmán Loera. “Nosotros lo único que hacemos es un trabajo. Lo que yo quiero... y la decisión de meterme a este proceso electoral fue muy simple: quiero consolidar mi carrera ayudando a la comunidad. Aquí he ayudado a unos cuantos, ayudando a la defensa”. No deje de defender a la comunidad, abogada.

Delgado fue elegida como jueza penal en los polémicos comicios judiciales del 1 de junio que fueron fuertemente cuestionados, entre otros aspectos, por la escasa participación de votantes, afirma en su artículo Los Ángeles Times. Se sabe: sólo un 13% de los mexicanos fue a sufragar en unas elecciones que el ex presidente Liópez impulsó como una solución a la corrupción en el Poder Judicial. Su reforma fue precisamente criticada por el riesgo de que la justicia se politizara y los jueces quedaran más expuestos a la influencia del crimen organizado. Y ya ven: la representante de Joaquín Guzmán Loera ya es jueza.

Durante la campaña, Silvia Rocío Delgado ya había replicado a las críticas en su contra con uno de los principios básicos del Derecho. “Cualquier persona tiene derecho a una defensa técnica adecuada”, dijo. Recordó, además, que sólo asistió a El Chapo en una audiencia en la que se fue la luz y que su trabajo se limitó a visitarlo en la cárcel. Eso que ni qué; todos, hasta lo más temibles narcotraficantes tienen derecho a una “defensa técnica adecuada”. Y si quiere visitar a Guzmán Loera en la cárcel, es un asunto privado, aunque público, aunque lo que quieran ustedes.

El jueves, también hizo alusión a aquel episodio y reprobó que ella haya sido cuestionada todo este tiempo por haber conseguido un amparo para que le entregaran una manta al narcotraficante porque tenía frío en prisión. “¿Es malo que si una persona no estaba acostumbrada al frío tenga una cobija?”. Pues la verdad no, Gil le llevaba hasta un edredón de plumas de ganso.

“Yo he estado en el ojo del huracán por esta razón”, zanjó Delgado.

Ya me conocen

“Hay personas que me conocen desde siempre” y hay gente, insistió, que “sabe la calidad moral que yo tengo como persona”. De eso nadie tendrá duda, lo que sea de cada quien. De ahí, presumió la abogada, que haya recibido en estos días cientos de mensajes de toda la gente que votó para que ella ocupara un cargo como jueza penal en Ciudad Juárez, en el mismo circuito judicial en el que ejerció de abogada cuando representó a El Chapo.

¿Cómo impartirá justicia?, ¿cómo juzgará? Entregando cobijas a los acusados, es un decir.

Todo es muy raro, caracho, como diría, Tácito: “Muchas son las leyes en un estado corrompido”


Gil s’en va


  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
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