Israel contra Irán

Ciudad de México /

Gil caminaba sobre la duela de cedro blanco del amplísimo estudio con las manos entrelazadas en la espalda. Su mente había sido tomada por una pregunta: ¿rueda el mundo hacia el abismo? Buscó aquí y allá y encontró un interesante artículo de opinión sobre los enfrentamientos entre Israel e Irán. Su autor Thomas Friedman escribe el The New York Times y Gil quiere poner en esta página del fondo algunos fragmentos:

***

El ataque israelí a gran escala contra la infraestructura nuclear iraní del viernes debe añadirse a la lista de guerras cruciales que han cambiado las reglas del juego en Medio Oriente desde la Segunda Guerra Mundial y que solo se conocen por sus años: 1956, 1967, 1973, 1982, 2023 y ahora 2025.

Es demasiado pronto, y los resultados podrían ser tan diversos, para decir cómo el conflicto Israel-Irán de 2025 cambiará el juego de los países de Medio Oriente. Lo único que puedo decir es que tanto la posibilidad extrema al alza —que esto ponga en marcha una serie de fichas de dominó que caigan y acaben con el derrocamiento del régimen iraní y su sustitución por otro más decente, laico y consensuado— como la extrema posibilidad a la baja —que incendie toda la región y afecte a Estados Unidos— están sobre la mesa.

***

Lo que hace que este conflicto Irán-Israel sea tan profundo es el empeño de Israel de continuar la lucha hasta eliminar la capacidad de Irán de fabricar armas nucleares, de una forma u otra.

Irán propició eso, acelerando enormemente su enriquecimiento de uranio hasta casi alcanzar el grado de armamento. Había empezado a disimular agresivamente esos esfuerzos hasta tal punto que incluso el Organismo Internacional de la Energía Atómica declaró el jueves que Irán no estaba cumpliendo sus obligaciones de no proliferación nuclear, la primera vez que el organismo ha declarado eso en 20 años. Israel ha preparado sus armas y las ha apuntado hacia el programa nuclear iraní varias veces en los últimos 15 años, pero cada vez, bien por la presión de Estados Unidos o por las dudas de sus propios militares, se ha retirado en el último minuto; por eso es imposible exagerar lo que está ocurriendo en la actualidad.

***

La gran pregunta técnica que me hago es si el bombardeo israelí de las instalaciones de enriquecimiento nuclear iraníes, como Natanz, que está enterrada a gran profundidad, indujo un choque conmocionador suficiente en las centrifugadoras utilizadas para enriquecer uranio —y superó sus amortiguadores— para dejarlas inoperativas al menos durante un tiempo. Como mínimo, hay que suponer que lo más probable es que el ataque israelí bombardeara las entradas a las instalaciones subterráneas para ralentizar su trabajo. El portavoz del ejército israelí dijo que Israel infligió daños significativos a Natanz, la mayor instalación de enriquecimiento de Irán, pero no está tan claro cómo pudo verse afectada Fordow, otra instalación de enriquecimiento, si es que se vio afectada.

Si Israel logra afectar el proyecto nuclear iraní lo suficiente como para forzar al menos una interrupción temporal de sus operaciones de enriquecimiento, eso sería una ganancia militar significativa para Israel que justificaría la operación.

***

¿Cómo es posible que la inteligencia israelí sobre Irán sea tan buena como para localizar y matar a sus dos principales líderes militares, por no mencionar a otros oficiales de alto rango? Por supuesto, el Mossad y el cibercomando de la NSA israelí, la Unidad 8200, son muy buenos en lo que hacen. Pero si quieres conocer su verdadero secreto, mira la serie en streaming Teherán, en Apple Tv+. En ella se ficciona el trabajo de un agente del Mossad israelí en Teherán. Lo que aprendes de esa serie, que también es cierto en la vida real, es cuántos funcionarios iraníes están dispuestos a trabajar para Israel por lo mucho que odian a su propio gobierno. Está claro que esto hace que a Israel le resulte relativamente fácil reclutar agentes del gobierno y el ejército iraníes en los niveles más altos.

***

Si Israel fracasa en este empeño —y por fracasar me refiero a que este régimen iraní está herido pero aún es capaz de reconstituir su capacidad para construir un arma nuclear e intentar controlar las capitales árabes—, podría significar una guerra de desgaste entre los dos ejércitos más poderosos de la región. Esto haría que la región fuera aún más inestable que nunca, disparando las crisis del petróleo y posiblemente provocando que Irán arremeta y ataque a los regímenes árabes pro estadounidenses y a las fuerzas estadounidenses en la zona. Eso no dejaría otra opción al gobierno de Trump que intervenir, probablemente con el objetivo no solo de poner fin a esa guerra, sino de acabar con este régimen iraní. Entonces, ¿quién sabe lo que ocurriría?

***

Todo es muy raro caracho, como diría Jean Anouilh: “Todas las guerras son santas, los desafío a que encuentren un beligerante que no crea tener el cielo de su parte”.

Gil s’en va


  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.