Límites del plan C

Ciudad de México /

La autocracia que viene, diseñada para aprobarse con la mayoría calificada en el Congreso, está toda en las leyes del plan C.

La autocracia ahí prevista apenas encontrará límites en el Congreso, cuyo oficialismo desbordado tiene dedos alzados suficientes para cambiar la Constitución.

El triunfo no ha moderado al oficialismo, lo ha envanecido: ejerce su victoria con insolencia de mal ganador.

Los límites a la autocracia que viene no estarán en esa mayoría congresional que, con tal de no escuchar a los trabajadores del Poder Judicial y a los estudiantes de derecho que impugnan su reforma en la materia, huyeron de su recinto oficial y fueron a refugiarse a una cocina alterna para guisar a gusto su guiso, rodeados de granaderos.

Este sólo incidente muestra que el proceso legislativo tendrá algunos problemas por la movilización y la protesta de los afectados, aunque no sean mayoría. Basta que sean ciudadanos con sus derechos a salvo y la cabeza clara sobre el daño que pueden recibir de reformas legales que pocos entienden, pero a todos afectarán.

Los límites grandes a las reformas en curso no vendrán de grandes tormentas en el Congreso. Vendrán de la realidad externa al Congreso.

El plan C afecta ya el tipo de cambio, ha empezado a pausar inversiones y puede crear un corto circuito en la renegociación del acuerdo de libre comercio con nuestros vecinos del norte.

Quizá el límite mayor acabe siendo su alto costo para el nuevo gobierno. El costo está esbozado ya en realidades como la debilidad fiscal del nuevo sexenio ante el pronóstico de un año 2025 de crecimiento más bajo de lo previsto.

A ello hay que añadir las reacciones críticas de los mercados, las advertencias de voceros oficiales de Estados Unidos y Canadá. Y la cereza en el pastel, el resultado incierto de la elección presidencial estadunidense.

Los altos costos del plan C son una herencia del gobierno que sale al gobierno que entra. Conforme pasan los días, la herencia parece más bien una camisa de fuerza.

Un riesgo, más que un logro. Una trampa, más que un camino.


  • Héctor Aguilar Camín
  • hector.aguilarcamin@milenio.com
  • Escritor, historiador, director de la Revista Nexos, publica Día con día en Milenio de lunes a viernes
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