Cuando oteas la festiva presencia de Juan Reverendo, guitarrista de Lost Acapulco, entonces corroboras que el vinil no ha muerto, sobre todo en una tienda especializada en la venta de ese objeto, ahora del deseo, nacido a finales de los años cuarenta en Estados Unidos, hasta que hubo una pausa, pues fue desplazado por el cedé y otros, aunque hubo quienes quedaron prendidos de colecciones para oír en longevas consolas, ante el asombro de sus descendientes, hasta que nuevas generaciones se dejaron seducir por esos redondos acetatos de exóticas fundas, algunas como obras de arte, y luego se hicieron fans de lo retro, que no hace mucho incluyó pantalones acampanados, también de aquellos tiempos, que al caminar parecen barrer.
Y te propusiste caminar por las calles sin parar, de arriba abajo, como cantaba Mike Laure; un recorrido que abarcó las vecinas colonias Roma y Juárez —ya lo habías hecho en el Centro y la Morelos—, donde puedes husmear entre una variedad de lugares con hileras de discos y agradables espacios para tomar café, salas de exposiciones y presentación de djs, como es la Georgetown Records CDMX, sobre avenida Cuauhtémoc 77, donde su dueño, Alejandro Bautista, ya resistió una década y cuyos catálogos, de manera especial, incluye grunge, garage, rock, punk y soul, aunque no por eso falte el jazz, que fue lo que más te atrajo por primera vez, cuando pasabas por aquí, y entonces fue cuando escuchaste una pieza del cuarteto comandado por el gran Dave Brubeck, en ese momento con Paul Desmond y su sax alto.
“Sí, por supuesto, también tenemos jazz”, agrega Alejandro Bautista. “También tenemos de muchas bandas locales de las que vendemos sus discos, pero la esencia son los géneros que te dije”.
—¿Está decayendo o sigue el boom del vinil?
—No, por supuesto que sigue, sobre todo desde la pandemia hubo mucha gente que empezó a escuchar discos.
Y es que ahora la moda retro es atractiva para jóvenes, que compran discos de vinil y tornamesas en sus viajes a Estados Unidos, los que pueden, o en mercados de pulga de la capital, como La Lagunilla, donde en los setenta y ochenta escuchabas algunas bandas musicales, entre ellas la de Glen Miller, y al gran Tony Benet, por citar dos clásicos del swing, mientras la gente husmeaba entre chácharas y ropa de paca de buen ver, bien baratas y con disque etiquetas intactas, recién traída del otro lado; del gabacho, pues.
Lo anterior fue solo un entre paréntesis, pues no olvidemos que estamos en el 77 de la avenida Cuauhtémoc, en el Georgetown Records CDMX, que acompaña una cafetería con exquisitas mezclas, atendida por Liliana Contreras, compañera de Alejandro Bautista, que emprendieron este negocio hace un año y esperan captar clientela, pues aquí mismo celebran exposiciones de arte y presentaciones de disc joeckey, es decir, personas expertas en mezclar música.
—¿Y cómo les va?— se le pregunta a Contreras, quien, emocionada.
—Estamos empezando; nos dimos cuenta que el café iba bien con la música y decidimos ampliar el proyecto del Georgetown. De ahí nació La Calicó Café—expresa una emocionada Adriana Contreras.
Y aquí es donde por casualidad encontramos a Juan Reverendo, guitarra del ya clásico Lost Acapulco, que precisamente acaba de sacar un acetato cuya portada Reverendo muestra con orgullo.
“En realidad el vinilo no ha desaparecido pese al boom que tuvo el CD”, comenta Juan Reverendo, como respuesta a una pregunta.
Y es que, como dice, es todo un rito, “además de disfrutable”, abrir con suavidad la camisa y sacar el disco y colocarlo en la tornamesa y escuchar lo que te gusta. “Nosotros no dejamos de grabar en vinilo”, reitera Reverendo.
Y de aquí brincamos unas cuadras, hasta llegar con Víctor García, de Venas Rotas discos, en la calle Morelia 77, quien ofrece opciones a músicos para la promoción de material discográfico o impresos, como muestra algunas ediciones del recordado Carlos Martínez Rentería, fundador y director de la revista Generación, además de promotor.
Punk, post punk, dart wave, experimental, grunge, hard core, black metal, etcétera, es lo que ofrecen aquí, en Venas Rotas.
“Es una tienda que abrimos hace seis años, basados en las distribuidoras de hazlo tú mismo; es decir, en distribuir cosas hechas por artistas locales; bandas de punk que hacen sus propios discos”, informa Víctor García.
Y no muy lejos, en la colonia Juárez, está Fhauna Récords, de reciente apertura sobre la calle de Versalles, cuyos dueños ya son veteranos en este negocio. Tomás Carrillo lo define con precisión.
—Una tienda de discos para las mentes curiosas. Eso es.
—¿Exigentes?
—Exigentes, sí, para gente que quiere salirse un poco de lo convencional…
Es el disco de vinil surgido a finales de los años 40, con tendencia por revivirlo y aires de nostalgia en los auténticos géneros musicales; en portadas y clásicos diseños, algunas consideradas como obras de arte.
Es el vinilo…que está de regreso.