Como soy muy crédulo y vi que algunas cuentas en redes sociales de tendencia neuróticamente opositoras anunciaban la caída del gobierno de Claudia Sheinbaum después de la marcha de la Generación Z, pensé que se había acabado el comunismo de la Cuatroté y que en cualquier momento asumiría el poder Alitititito Moreno.
Y es que parecía que no había duda, sobre todo porque esta gente bonita del KuKluxPRIAN aseguraban que el mismo sábado por la noche la Presidenta saldría a anunciar la claudicación del gobierno y que los juniors tóxicos habían ganado. No se rían.
Bueno, estas mismas cuentas derechairas prácticamente planteaban que el AIFA estaba lleno de morenistas que querían huir hacia La Habana y Caracas.
Ya luego supimos que todo era un montaje a lo Lord Montajes cuando vimos que la chaviza, que supuestamente había hecho la convocatoria, fue sustituida por la momiza y la chavorruquiza partidista. Todo mientras unas señoras muy whitexicans y fifís le echaban agua bendita a los orcos neofachos que llegaron a aportarle hiperviolencia al asunto. ¡Qué ternura, qué locura!
Gran idea la de los alarazkianos organizadores hacer tomas y narrativas donde pareciera que la banda facha estaba siendo reprimida, pero luego vimos a sus líderes comportándose cual cavernicolitas herederos del Batallón Olimpia y de los Halcones echeverristas gritándoles a los granaderos “¡Los vamos a matar a todos!”.
Eso sí, fue muy conmovedor ver a la derechairiza en éxtasis correteando youtubers rojillos, insultando a la Presidenta, rabiosos, como para demostrar que se les da la onda gorilesca. De llamar la atención el nivel Xóchitl que muestran los derechairos cuando trataban de explicar, más allá de lo slogans, de qué se trataba la movilización y por qué quieren que Trump invada México. Se les caía el teleprompter.
Nos engañaron, no cayó el comunismo. Desde el prianista anonimato que promueve a la Generación Z se anuncia otra marcha para la próxima a ver si los orcos patibularios fachistoides ahora sí consiguen tumbar al régimen. Y es que ya cuando ves las tomas aéreas del Zócalo, la verdad es que no juntaron ni lo de un carrito de tamales. Mucho escándalo y mucho pancho, pero fue más efectismo que ganancia.
Los reaccionarios se dan estas chances porque saben que no los van a reprimir, que no los van a tratar como estudiantes en el 68, aunque ciertos derechosos mediáticos urgidos de ácido fólico quieren confundir al Zócalo con la Plaza de las Tres Culturas. #NoMaMarx.