'Kukluxprianistas' en éxtasis

Ciudad de México /

La distinguida, fina y culta oposición pasó de encarnar sus siempre morigeradas y nada polarizadoras pasiones de soñar con quemar vivos a morenistas en el Zócalo (Paco Pacorro Martín Moreno, de los derechairos el más cotorro) a convocar a  través de una oscura diputada panista, Chuya Díaz, a linchar y agarrar a “chingadazos” a quienes voten a favor de la reforma al Poder Perjudicial. Una convocatoria muy humanista que revela la educación sentimental del sector opositors, pero sobre todo los altos niveles de la inteligencia emocional de los kukluxprianistas.

Cuando uno creía que la banda ultraderechosa no se podía poner más namasté, zen, alivianada que Brozo, el Trujillo tenebroso, la Rabadán y los chumelizados paleros de Alazraki que nunca se ponen anticomunistas primitivos, aparece la fanaticada que defiende los PRIvilegios de la Tremenda Corte con sus ejercicios de humor involuntario (solo les faltó exigir que Adrián Marcelo y Franco Escamilla con su “humor negro”, se volvieran magistrados), arrebatos apenas hiperviolentos (amenazar con navajas a comunicadores independientes fue solo un homenaje a la mítica película Canoa) y melodramas telenoveleros (la caminata de 10 minutos de la ministra Piña para apoyarse a sí misma, se vio casi tan impostada como el feminismo de ocasión de Margarita Zavala).

Y todo con el mejor elenco posible: Ricardito Anaya con su nuevo color de pelo, que está más descolorido que sus argumentos (es que a mi me atacaron con jueces de consigna, pero no es que el Poder Judicial sea corrupto sino todo lo contrario); Markititito Cortés defendiendo su derecho humano a traficar con notarías; Altititito Moreno que desde su papel de Porfirio Díaz del PRI, anuncia que luchará para que México no se convierta en dictadura; y Claudio XXX encerró, amenazó, manoseó y estigmatizó a los senadores del PRIAN y a los de MC (Dante Delgado de volada le boleó los cacles) para que votaran en contra de la reforma del Poder Perjudicial, a riesgo de que los encierre con la dotora Dresser para que me los regañe bailando reguetón. Un castigo que no se lo deseas ni a Pedro Ferriz, por más delirante que Kinky Téllez que sea. Lo más conmovedor los chiquillada derechaira que en su defensa de la Tremenda Corte parecían una combinación del subjefe Diego y el Pirrurris.

Me gustó que la ministra Piña hiciera un llamado al Presidente para dialogar siempre y cuando le cumpla sus caprichos. Hasta parecía cobradora de Elektra.


  • Jairo Calixto Albarrán
  • jairo.calixto@milenio.com
  • Periodista producto de un extraño experimento cultural-social-educativo marxista, rockero, populachero, libresco y televisionudo / Escribe de lunes a viernes su columna "Política cero"
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