Cuando le preguntaron a Winston Churchill sobre la democracia, aseguró que de entre todos los sistemas existentes, era el menos pior. Lo que nunca se le hubiera ocurrido al distinguido personaje era decir que la democracia era la “tiranía de las mayorías”, como afirman los derechairos de hoy, tururú tururú, que han gozado de la dictadura de las minorías. Y es lógico que la oposición siga en estado grogui de resentimiento desde el 2018 y que por la naturaleza torcida de su ideología fakenewsera, su acumulación originaria de derrotas no tiene fin. Además, debe ser muy difícil de gestionar emocionalmente que las repeticiones de las últimas elecciones las pasen en el YouPorn. Ahí tienen a Claudio XXX, Markititito Cortés, Alititito Moreno y sus voceros mediáticos que no han dejado de ir a llorar a la llorería.
El mejor, sin duda, Pedrito Ferriz, que como ni Xóchitl lo pela por desaforado e ideático, ahora sale a invocar a los narcos para que acaben con el comunismo de la Cuatroté. Se ve que Alazraki está tan hasta el queque, que ya debe estar negociando con Jorge Ramos (seguro lo corrieron de Univisión por culpa de AMLO) para que entre por Pedrín Balín a conducir en Atypical Tv, donde la derechairiza en tachas tiene su nido.
Personalmente no me llama tanto la atención que esta idea de la “tiranía de la mayoría” haya emanado de la derechairiza juvenil fifí, sino que la hayan retomado de un cartuchazo tan quemado como Sergio Sarmiento, cuyas ideas serán cavernarias o no serán. Lo que sí me divierte es que estos juniorzazos, miembros en activo de la Loca academia de Anayitas que defienden los PRIvilegios de la ministra Piña, anden cargando staff y guaruras. Como dicen, si los niños mimados de la vida salen a marchar, acompañados de sus daddies, es que algo bueno está pasando.
Se ve que estas criaturas toman clases con el ex magistrado José Ramplón Cosío y el lic. Carbonell que son los Ferriz de la onda Perjudicial. Gente que está al nivel de Colosio Jr. que, mientras sufría frente a su lap en los debates por la Reforma (no entendía nada y además perdía en el Candy Crush), se diría que esa cruda no la ha tenido ni Calderón.
El orgullo del nepotismo en la Tremenda Corte y de la ministra Piña que siente que “La resistencia soy, no se va a defender solo. Me gustó que frente a todo este show que casi ni parece circense, la ministra haya salido a marchar al ritmo de “Magistrado de rodeo” y de la “Yo tengo una reforma que me sube y me baja”.