Una vez más, demostrando que su mayor éxito en la vida es ser más Miramón que Miramón, la señora Kinky Téllez ha vuelto a pedirle al gobierno de Estados Unidos que invada a México para acabar con el comunismo de la 4T. Y con su actitud de niña de El Aro, de verdad supongo que también exigirá que el Tío Sam sustituya las gorditas de chicharrón por el Taco Bell, que desaparezca Tepetongo a tepetonguear y triunfe el Thanksgiving, y que Disneylandia sea la nueva sede de Acción Nacional, ahí donde el cártel inmobiliario tiene un nido. La distinguida senadora, por la que nadie votó, ha decidido mantener su guerra de guerrillas de alta intensidad contra un gobierno que ni la topa, creyendo que esto le va a traer aplausos y reconocimientos, más allá de sus tribus de patitas de molcajetes y sacos de pus, de las cuales se suele rodear para estimular sus glándulas medievales.
Eso está muy bien, seguramente Biden, Kamala y Donald Trump están atentos y tomando nota cada vez que los panistas y los priistas, prianistas todos, hacen un llamado para que traten a México peor que a Puerto Rico. Estos personajes, al borde de la guerra mundial, no han de poder dormir esperando los mensajes de ánimo de los reaccionarios mexicanos que, cuando reaccionan, lo hacen como el buey que dijo ¡múuuuu!
Por supuesto, a mi Kinky no le gustaron las declaraciones de la presidenta Claudia Sheinbaum, pues no exhibían el servilismo típico de los presidentes del PRIAN. Como sabemos, frente a las amenazas de Trump, respondió con un o negociamos o se aplicará el impuesto por impuesto, arancel por arancel.
Y es que si fuera por Jojojorge Romero, Alititito Moreno, Pedro Ferriz, el ChikiliQuadri y Denise Dresser, ya hubieran quitado la Cabeza de Juárez para poner en su lugar la de Donald Trump. El miramonismo en pleno se nutre de esa clase de personas terraplanistas que creen que si se avientan de Santa Fake, caerán en las aguas del Hudson o del Potomac.
Algo que en materia de humor involuntario solo se puede comparar con Bety Pagés —ataviada con un abrigo que parece que se lo robó a Cruella De Ville para entrar en personaje— convocando con voz engolada a un Movimiento 136 para defender el artículo 136. Ella, que odia más a la Constitución que la ministra Piña. No se rían.
La presidenta Sheinbaum invita a Trump a no ponerse loco, que lo mejor es sentarse a negociar. Esto sacó lo peor de los patriotas de baja intensidad, que andan vestidos de marine y ni aguantan nada.