La década de los 80 fue un periodo de auge para el fenómeno del asesinato serial en ciudades como Los Ángeles, California, donde confluyeron varios homicidas reiterativos, reclamando cada uno su cuota de víctimas.
Uno de ellos fue Sam Little, un individuo que aprovechó la “epidemia de cocaína” que padecía la ciudad para buscar con toda libertad a prostitutas para atacarlas, a muchas de ellas de forma mortal.
En varias décadas, Little viajó por diversos estados del sureste de la Unión Americana cometiendo pequeños hurtos para aliviar su situación económica y asesinando a mujeres para satisfacer sus deseos sexuales.
Little era un sádico que gustaba dominar a placer a sus víctimas femeninas. Por ejemplo, en 1984 Little atacó a dos mujeres en la ciudad de San Diego, California. Una de ellas explicó que el hombre le ató las manos con unas medias en el asiento trasero de un automóvil. Con su presa indefensa, “comenzó a apretar el cuello casi hasta la inconsciencia. Entonces la dejaba respirar. Luego comenzaba de nuevo”.
En ese mismo año, Little acabó con la vida de Carol Alford en el sur de Los Ángeles. Dos años después, Audrey Nelson y Guadalupe Apodaca también fueron estranguladas en la misma ciudad.
Veinticinco años después (2009), mientras Mitzi Roberts, detective del Departamento de Policía de Los Ángeles, revisaba algunos casos fríos, el nombre de Sam Little salió a relucir. El individuo había sido detenido en muchas ocasiones, pero siempre obtenía su libertad por falta de pruebas.
Finalmente, los asesinatos de Alford, Apodaca y Nelson condujeron a la detención definitiva de Sam Little.
Durante los interrogatorios, Little dijo que había asesinado al menos a 100 mujeres, pero no ofreció mayores detalles hasta que James Holland, un ranger que visitaba California en 2018, ganó la confianza del delincuente y este comenzó a aportar datos y ubicaciones de sus delitos.
Veinte mujeres sacrificadas en un estado, siete en otro, la lista parecía interminable. El FBI confirmó la participación de Little en al menos 60 de los 93 asesinatos que confesó.
Sam Little murió el 30 de diciembre de 2020, a los 80 años, dejando abiertas muchas interrogantes en cuanto al número de mujeres que asesinó y en dónde lo hizo.