Hay gente a la que la ingesta de alcohol transforma dramáticamente. Pero pocos alcanzan el estatus de monstruo, como fue el caso de David McGreavy.
Por ser hijo de un sargento del Ejército británico, McGreavy tuvo pocos amigos durante la infancia. Uno de ellos fue Clive Ralph, con quien llegaría a vivir en 1972, luego de que sus padres lo echaran de la casa por sus problemas con la bebida.
Clive y su esposa Elsie consideraban a su inquilino permanente un gran amigo. Los vecinos del matrimonio estaban de acuerdo en que McGreavy era un hombre afable a quien podían confiar sus hijos.
El matrimonio Ralph realizaba sus labores cotidianas dejando a sus tres críos al cuidado de McGreavy, al que veían como niñero. Hubo ocasiones en que la pareja iba a tomar la copa después de cumplir sus tareas. Clive era camionero y Elsie se desempeñaba como camarera.
El viernes 13 de abril de 1973, Clive se dirigió al pub Vauxhall, en la ciudad inglesa de Worcester, donde sabía que estaría McGreavy. Al encontrarlo, Clive le pidió por favor que cuidara a sus hijos esa noche, pues saldría un rato con su esposa.
McGreavy accedió de buena manera, pese a que traía más de dos litros y medio de alcohol en las entrañas.
Al regresar a casa, los Ralph se extrañaron de que McGreavy y los tres menores —Paul, de cuatro años; Dawn, de dos años, y Samantha, de nueve meses— habían desaparecido. En la oscuridad, el matrimonio apreció unas manchas como de sangre. La casa estaba en un completo desorden.
Clive y Elsie fueron a la comisaría local a compartir sus temores. Unos patrulleros acudieron a registrar la casa. La madrugada del 14 de abril, uno de los uniformados iluminó una reja de hierro: ahí estaban los tres cuerpos de los niños, empalados en las lanzas de la valla.
Entre las 22:15 horas y las 23:15 horas, David McGreavy, totalmente trastornado por el alcohol, se enfureció cuando la niña lloraba de hambre. La mató estrellándola contra la pared. Dawn fue degollada y Paul fue estrangulado. Tras mutilar los cuerpos, el hombre colocó los cuerpos en las estacas de la reja.
Pese a que David McGreavy fue condenado a cadena perpetua, el 11 de junio de 2019 El monstruo de Worcester pisó nuevamente la calle. De acuerdo con las autoridades, “recuperó el control y ya no representa un peligro para la sociedad”.